Del respeto al desprecio
Hoy escribo sobre la falta de respeto que se tiene a las personas mayores, tanto en los hospitales, centros de salud, consultas médicas privadas, residencias de mayores, como también en el día a día de cualquier persona en su entorno más cercano.
Hace muchísimos años, las personas mayores eran tratadas con respeto, los abuelos eran venerados, a ellos se les pedía consejo porque por edad su sabiduría era tenida en cuenta.
Hoy son "carne de vídeos" para las redes, donde son objeto de burla.
En la actualidad, los mayores son considerados un estorbo y enseguida los ingresan en una residencia porque, con la excusa de que los hijos trabajan, se deshacen de quienes les dieron la vida. Bien es cierto que hay casos en los que no pueden ser atendidos en casa por varios motivos, entre ellos está el estado de salud del mayor, que muchas veces necesita unos cuidados que solamente les pueden ofrecer ciertas residencias equipadas para ese menester.
Aclaro lo de la falta de respeto hacia los mayores en hospitales, centro de salud, consultas médicas, etc.
No sé por qué motivo al ser mayor se pierde la identidad cuando están ingresados; allí dejan de llamarles por su nombre para pasar a ser un número, su número de cama es su identificación.
Pero lo que más me repatea es esa condescendencia con la que te tratan (yo lo he vivido) cuando se dirigen a ti diciéndote: vida, corazón, cariño...
Y cuando te hablan como si fueras un niño, uff...
En las consultas médicas también tienen la mala costumbre de ignorar al paciente y dirigirse al acompañante para explicar lo que tienes, como si el o la paciente no fuera más que un cero a la izquierda.
También hay mucho edadismo, se asombran si ven que preguntas todo, si te ven que, aunque mayor, no te callas cuando algo no cuadra y les cuestionas su manera de actuar.
Mucho del personal sanitario piensa que, como eres mayor, la mitad de lo que cuentas es pura imaginación, delirio, o que lo soñaste.
A ver, quizás a muchos pacientes no les importe ese trato y hasta lo consideren oportuno al pensar que lo hacen con cariño; nada que objetar, cada uno es muy libre.
Para mí no quiero ese trato, quiero respeto, porque es un derecho que tengo, sea cual sea mi edad. Mientras mi nivel cognitivo se mantenga estable, no necesito que nadie hable o tome decisiones por mí. Si, llegado el caso, tengo que depender de los demás, eso ya es algo que no puedo controlar, pero que tengan presente que están tratando con un ser humano, no con alguien del que se pueden burlar o maltratar, como por desgracia muchas veces se ve.
Algo que debería ser denunciado es cuando graban a los mayores en las residencias para burlarse de lo que dicen o hacen y lo suben a las redes. No hace mucho circulaba un vídeo donde un señor echaba sapos y culebras por la boca, mientras el personal de la residencia se partía de risa. El señor en cuestión tiene carácter y, cuando le preguntaban sin parar, era para sacarlo de sus casillas, de nada sirve que le den besos cuando lo ven fuera de sí y le digan: ¡calla, hombre, si estás muy guapo! Esas acciones aparentemente cariñosas esconden la falta de respeto hacia su persona, y eso no se puede consentir.
La tecnología nunca se debe usar para ridiculizar o mofarse de nadie, pienso que los teléfonos se deberían requisar en horarios de trabajo para que no suceda lo que, para desde mi punto de vista, es una vergüenza.
La falta de respeto y de humanidad es nuestro pan de cada día. En el entorno más cercano también observo actitudes que retratan muy bien al personal. En fin, se piensan que van a ser inmortales y que siempre van estar como ahora se ven, pero el tiempo pone a todos en su sitio. Se les olvida que a mayores también ellos/ellas van a llegar.
Como dice el refrán:
"Como te veo me vi
Como me ves te verás
Si para el cementerio antes no te vas".
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