Ser -o no- Indiana Jones
Desde hace unos años, y cada vez con más respaldo social, se celebra el Día del Emprendimiento un 16 de abril.
Hoy quisiera celebrar a quienes damos el paso y lanzamos nuestros propios negocios. Porque incluso las empresas familiares y muchas del Forbes 500 empezaron como pequeños emprendimientos, a menudo unipersonales.
La experiencia, propia y ajena, me lo deja claro: emprender es un salto de fe. Eres Indiana Jones, confiando en que el puente aparezca bajo tus pies cuando hayas dado el primer paso. No tiene por qué ser así. O no en todo. Mejor haz esto:
Busca alianzas, compañía en el camino. Personas que hayan recorrido ya el camino que tú deseas andar y están donde tú deseas estar. Llama a estas personas mentores, asesores, consultores, modelos a seguir, inspiración. Llámalos como quieras, pero encuéntralos. Colabora. Parece que no, pero más temprano que tarde llegan proyectos grandes. Y como nadie sabemos todo, deberíamos haber tejido una red de colaboración con personas que complementan nuestra labor. Incluso, sí, de personas de tu misma área de actividad, porque la solución no es rechazar encargos, es delegar.
Con motivo del Día del Emprendimiento
Sigue formándote. Formación siempre, de forma continua, no solamente de lo tuyo. Piensa en esto: en mi caso, redactar textos para ayudar a las empresas y a los profesionales adecuados a que vendan más es una rama del marketing. Así que me formo en marketing. Mi profesión está también relacionada con la filología –porque necesitas saber manejar tu herramienta de trabajo, que son palabras–, con las ventas –porque los textos que redacto son el comercial por escrito de la empresa– y con la psicología, como todo buen vendedor sabe. Después, para mí, está indisolublemente ligada a valores. No deberías vender productos que no venderías a tus abuelos, ni servicios que no puedas explicar a tus peques sin cuestionarte su valor.
Sé equilibrista. Pero no de los del circo. En los parques infantiles descubres que el balancín sirve para más que para zarandearte en uno de los dos extremos. Puedes ponerte de pie en la viga y convertir el brusco movimiento habitual en una navegación controlada, en un baile suave. Esto significa que no vas a ganar millones en tres meses, pero tampoco perder todos tus ahorros e ilusiones en un negocio que solo dure un par de años. Ten claro qué es importante para ti y no renuncies a ello. Crea un escenario donde, por ejemplo, tu familia y tu profesión tengan el mismo espacio. Sin olvidarte de ti, tus relaciones personales o tu vida social.
Sé que no es fácil.
Al fin y al cabo, por mucho consejo que te dé o experiencia que te cuente yo o cualquiera que esté en este camino, la cuestión de emprender se resume en que debes elegir dar el salto de fe. Si lo haces, quédate con esto: hazlo en la mejor compañía, hazlo con personas que se ocupan y preocupan de que crezcas de verdad.
Esa compañía en positivo la encontré en Mujeres de Empresa, red de autónomas, empresarias y profesionales de Asturias que buscamos visibilizar y fomentar la labor, el talento y el liderazgo femenino en todos los sectores. Es mi espacio de referencia, son quienes se ocupan y preocupan de organizar formación, de posibilitar encuentros que resultan en alianzas y de trabajar junto a otras entidades para que, cuando a nuestras hijas y a nuestros hijos les toque elegir su camino, se encuentren con escenarios más alentadores.
Así que sí, Mujeres de Empresa es la razón por la que el 16 de abril se ha convertido en día de celebración en mi empresa.
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