Condensando el flujo
Tengo una bombilla de 40 vatios en la lámpara de la mesita de noche.
Sí, ya sé que no es mucha potencia, pero es suficiente para que pueda leer media página, hasta que mis párpados caen y me adentran en el mundo misterioso de los sueños.
El lunes, sin embargo, en toda la extensión del territorio del país (exceptuando Canarias, Ceuta y Melilla), trescientos setenta y cinco millones de bombillas como la mía no se encendieron.
La ruta de la energía eléctrica se bloquea en el paso hacia Francia, de forma automática en ese "cuello de botella", cuando sus sensores del sistema detectan alguna inconveniencia (¡estos franceses!).
Y aunque al principio se dijo que otros países de la UE tenían el mismo problema que Portugal y España, Bruselas aclaró de forma fulgurante que no existían indicios que pudieran sostener la idea de un ciberataque, terrorista o de cualquier otro origen.
"Una causa que aún desconocemos, aunque mantenemos abiertas todas las hipótesis", explicó poco después nuestro doméstico presidente en su turno "de segundo", perfectamente establecido y asumido.
A mí me ha tranquilizado mucho, la verdad. Y hasta ha conseguido que el sosiego regresara a mi estado de ánimo (quizá, sobre todo, al enterarme de que mantiene "abiertas todas las hipótesis").
Toda una representación, un teatro de declaraciones convenientes y convincentes. Un sainete, o mejor un vodevil, al que solo le falta el toque picante, el número musical o las variedades. Pero que va sobrado de frivolidad, ligereza, intriga y equívoco.
Quince gigavatios han desaparecido de forma instantánea, extraña, misteriosa, y como quien debiera... no halla explicación, los habitantes de la península Ibérica, al alimón, aventuramos nuestras propias hipótesis...
Los españoles optan por la del "Condensador de flujo". Ese reactor nuclear en miniatura, que con solo unas barritas de plutonio, del tamaño de un KitKat, facilitaba los viajes a través del tiempo en "Regreso al futuro".
Precisaban esos viajes únicamente 1,2 gigavatios para funcionar, así que al presidente aún le sobrarían 12,5 Gv, tras haber conseguido conocer el resultado de los próximos comicios. ¿Quizá aprovecharlos para alguna otra indagación en el futuro sobre cómo su carácter desprendido pueda conservar el poder...?
Los portugueses, en cambio, prefieren achacar la causa a los ovnis.
Muchos aquí se han pasado a la hipótesis portuguesa.
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