La Nueva España » Cartas de los lectores » «El último tango en París»

«El último tango en París»

4 de Marzo del 2011 - Ricardo Luis Arias (Aller)

El reciente fallecimiento de Maria Schneider, que compartió papel estelar con Marlon Brando en esta polémica película, nos hace recordar lo que le ocurrió a un matrimonio amigo que, «furtiándosela» el uno al otro, se fueron por su cuenta a Hendaya a ver el verdusco filme (comparado con los de hoy, de despelote, catre y follones a toda pastilla, sería incluso tolerado hasta para una novicia), en donde ocurrió lo que vamos a ver.

Mis amigos Antonio y María, matrimonio de los de verdad, son estupendos y con un gran sentido del humor. Él, que es un cachondo mental y un buen cazador, dice que su mejor caza fue la de María. Ésta, a su vez, manifiesta que el «cazado» fue él porque era reacio a pasar por la vicaría. Son tal para cual. Y felices de verdad. Pues bien, mi amigo cuando se enteró de lo de «El último tango en París», con la disculpa de la caza, decide irse a Hendaya, a ver la pecaminosa película. Antón, como familiarmente es conocido, armado de escopeta, morral y cartuchos, se despide de su santa, muy tierno él, hecho un tocinillo de Grado, como suelen hacer los maridos cuando se van a tirar una cana al aire, o bien correrse una juerga metílica. María, la muy picarona, aprovecha a su vez la cazata de Antón para irse también a Hendaya, lo que hace, para evitar comentarios, en un autocar fletado en un pueblo vecino para ir a ver la prohibida película, sobre todo el numerito ése en el que Marlon Brando se lleva al huerto a la gachí, con la lubrificante mantequilla...

Fue a la salida del cine francés, entre aquella sudorosa y exaltada multitud, cuando se encontraron Antón y María. Asombro, perplejidad y una carcajada. Y un efusivo abrazo. No procedía otra reacción entre ellos, al estar a tablas en lo que al engaño se refiere. María, luego, con una gran carga de ironía, le dice a él:

–Vamos a ver, Antón, ¿tú no ibas a cazar perdices a Extremadura?

Él, asistiendo al palo con igual carga de ironía, le responde:

–Sí, mujer, pero es que, desde allí, los perros me las echaron hasta Hendaya.

Ríen los dos, muy amartelados ahora. Y ya de regreso a casa, en el coche, Antón le pregunta a la parienta, dándole un buen arrechucho:

–Oye, Marujina, ¿tienes mantequilla en casa?

La que armó «El último tango en París», en aquella pudibunda sociedad carpetovetónica, fue tremendo. Nada, que de haber existido la Inquisición, muchos hubieran sido asados como pollos, públicamente, en una hoguera purificadora.

Ricardo Luis Arias

Aller

Cartas

Número de cartas: 45933

Número de cartas en Septiembre: 37

Tribunas

Número de tribunas: 2082

Número de tribunas en Septiembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador