España va de cabeza a la pobreza y el mundo al conflicto general

Todo de cuanto los españoles nos sentíamos orgullosos de tener y conseguir se desmorona, desde la misma democracia, falseada por este gobierno de la mano de lo peor de cada casa, con todos aquellos con los que no iba pactar, eso decía en campaña electoral este impresentable. Otro fraude más al sistema, el programa hay que cumplirlo o volver a convocar a la soberanía nacional, al pueblo, del que emanan los poderes del Estado.

La red de trenes de alta velocidad (AVE), que incluso exportamos, hasta cuatro cacos la dejan inutilizada sin que este gobierno rescate en horas a los pasajeros presos en los trenes parados, no les importa que allí estén niños, enfermos o ancianos. Luego hasta sacan pecho de todo ello justificando lo malo con lo peor. Vamos a ver, ahora gobiernan ustedes, los otros no están por eso, por hacerlo muy mal anteriormente, eso ya lo sabemos, ahora ustedes por inercia lo hacen peor para que regresen los anteriores, que volverán hacerlo igual de mal. Este país no tiene remedio. Pasa con la corrupción igual, cogieron el poder por la corrupción del PP y ahora se columpian sobre la suya. No es de recibo que no dimita nadie por la dana, por el apagón, por los trenes y menos por tener imputados al hermano y la mujer del presidente, al fiscal general, a la mano derecha del presidente y a la mano derecha de este. Es infumable que en un país democrático sucedan estas cosas sin que el poder del pueblo sea más que un mero artículo sin valor. Que no quede más que esperar tres años a nuevas elecciones. Aquí tienen que existir resortes para acabar con esa impunidad e indecencia del Ejecutivo.

La red eléctrica que nunca nos dejó a oscuras en la historia recordada, ahora con este gobierno ecolojeta se apaga todo el país durante un día sin que todavía se sepan las causas. Vean los países que han sufrido apagones similares, a ellos nos vamos pareciendo en todo, hasta en los gobiernos: Venezuela, Cuba, Pakistán, India... España se empobrece sin remisión. Salen seis horas después a decirnos que no saben las causas, pero que no ocurrirá jamás con el mismo morro que antes nos decían que era imposible que pasara. Nos pasa poco.

Presumimos de una sanidad pública que ya no es ni su sombra, una sanidad con atención tardía no es sanidad, es negligencia institucional. Ya dejó de funcionar hasta el médico de cabecera, tienen hasta la libertad, sin que nadie les diga nada, de darte cita para días y por atención telefónica. Todo ello redunda en saturación en las urgencias hospitalarias, los centros ambulatorios están como inutilizados por falta de personal, llamas a ellos y te mandan para urgencias directamente. Así es que Urgencias se convirtió en un suplicio para usuarios y profesionales; horas para ser atendido en salas de espera abarrotadas de enfermos, familiares y profesionales que capean como pueden aquel lugar que solo debiera estar para las urgencias de verdad.

Las fronteras de este país se abren para quien quiera entrar, no para quien entre regulado a trabajar, aquí están facilitando la invasión masiva de la islamización, otra cultura con una educación de fanatismo religioso que no incluye derechos, libertades y respeto por las mujeres, esas que este Gobierno dice representar. Con esa creciente inmigración sin control se favorece la delincuencia, las violaciones, la explotación laboral, la falta de vivienda, la repercusión para todos en saturación de medios públicos y servicios sociales; la seguridad ciudadana se merma cuando todo se hace sin control. No estoy en contra de la inmigración, pero se hace regulada o convertiremos este país en real el ansiado proyecto Al-Andalus musulmán. Ya está en marcha, es más, toda Europa padecerá nuestra inanición al respecto. Es de una irresponsabilidad astronómica, hay que respetar las fronteras, salvo refugiados que obliga a todos.

Lo que veíamos en otros países de gente durmiendo por aeropuertos, estaciones y calles está ocurriendo aquí. En las cuatro terminales del aeropuerto de Barajas, según el sindicato ASAE de Aena, duermen diariamente entre 400 y 500 personas, ya me dirán si esto no representa a un país en caída libre hacia la indigencia. Nadie gobierna, nadie se preocupa de nadie, solo viven nuestros políticos para sus barrigas, colocarse, enchufarse y a vivir. No importa que valga para el cargo, lo asumo y la responsabilidad del maestro armero. Se cuelan por cuotas y paridad, aquí no importa la falta de experiencia, la preparación, el compromiso... el único mérito necesario es ser familiar, amigo, mujer, independentista cuando sean necesarios tus escaños para investir al impresentable de turno, que no dudará en saltarse Constitución, separación de poderes, Estado de derecho y la igualdad de todos ante la ley para él aferrarse al poder dando indultos, impunidad, concesiones y prebendas a corruptos, delincuentes y fugados. Convirtiendo nuestra democracia en un instrumento personal al servicio de su arribismo e indecencia sin más. Usarán el Ejecutivo como un legislativo tratando de hacer legal lo ilegal, sin que la oposición y los ciudadanos puedan interferir en ese arrasador sistema de gobernar a base de decretazo. Si luego colocas afines o activistas al frente de los organismos de control (Constitucional, Supremo, Audiencia, Fiscalía, órgano del Poder Judicial, televisión, medios, CIS, CNI, Banco de España, Consejo de Estado, Tribunal de Cuentas, Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia, Aena, Renfe, Indra, agencia Efe, Correos, embajadas, Red Eléctrica, Paradores... )... En fin, nada le queda por controlar, dale después la vuelta la tortilla. Sin contar que ellos estaban en contra de las puertas giratorias y de todo cuanto han hecho que decían en campaña electoral no harían. Con lo cual, además de indecentes, se ríen de los ciudadanos a los que se deben en su propia cara.

España va de cabeza a la pobreza sin remisión. No crean que es alarmismo personal, la historia está ahí, otros países cayeron al sumidero por dirigentes impresentables y por la apatía de ciudadanos que vieron la realidad venir. Luego será tarde para defender el Estado de bienestar, de derecho, la igualdad ante la ley, la separación de poderes, la libertad, la decencia, la palabra dada, la democracia, la paz... Qué decir de la paz, hasta el Papa nuevo en sus primeras palabras se refirió a ella sin armas, con diálogo y entendimiento. Esperemos más de él que de nuestros belicistas gobernantes, menudos progresistas y socialistas, apuestan por el rearme cuando en medio mundo se fragua la tercera guerra mundial. Ayer Pakistán e India se unen a los focos que prenden un conflicto mundial que, si Trump o el Papa no lo remedian, los demás, con Sánchez a la cabeza, van directos al conflicto general.