Siempre juntos
Abro LA NUEVA ESPAÑA este lunes primero de mayo y vuelven a jugármela las esquelas de dos excepcionales mujeres de nuestro Oviedo: la de Conchita Prado, viuda del magistrado César Álvarez de Linera, fallecido él hace unos pocos días, y la de Tina Pinilla, viuda de Antón Estébanez, fallecido hace unos años y secretario de don Antonio Hidalgo, del Banco Herrero.
Con mucha tristeza, en este mismo periódico ya recordaba lo que representó para nosotros la familia Álvarez de Linera-Prado, que se agudiza hoy más al dejarnos Conchita.
El fallecimiento de Tina, como la conocían los suyos, para los que pasamos por la Escuela de Comercio, ella era íntima amiga y profesora adjunta de Juanita Fernández, profesora titular esta de Ciencias, viuda de Avelino Fernández, antiguo jefe administrativo y posterior director general de lo que fue AUTISA, distribuidor de Barreiros Diésel.
Hoy, ambas esposas ya están reunidas con sus respectivos en el cielo, después de llevar una auténtica vida cristiana en este mundo. Yo, desde un poco lejos, lamento no estar cerca de estas familias y poder darles personalmente mi más sentido pésame.
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