El especialista
Soy especialista, sí, en todo lo que queráis puedo ser especialista. Así, puedo asegurar que Mazón aparecía y desaparecía y volvía a aparecer, con ritmo intermitente (como decía una canción) mientras quien nunca apareció, ni se mencionó, ni se llamó a corroborar o no la presencia del susodicho ha sido la "comensala". Tiramos de fotos, filmaciones, responsables de AEMET, del 112 y un sinfín más, pero no de la acompañante del puesto en duda. ¿Qué raro? ¿Quizás además de la comida fueron a contemplar el cuadro de Venus y Marte de Botticelli, podría decir un especialista? ¿Qué sabemos? Esto de ser especialista es lo que tiene, te haces preguntas que ya contestarán otros.
Del gran apagón, no le deis más vueltas, esto es lo que pasó: la gran cantidad de electricidad producida estas semanas ha permitido a las eléctricas vender los excedentes, para abultar más sus cuentas de resultados sin participación ciudadana en los beneficios, por supuesto, y así, aprovechando el tirón ávidas de llenar el saco, se pasaron en la venta a Europa y provocaron un desajuste (desequilibrio) entre la demanda de España y lo producido. Como los sistemas de control se pusieron en modo alarma, se produjo un desajuste de procesos de compensación de los sistemas automáticos de reparto, que colapsaron, "creyendo" que seguían un protocolo de seguridad, cosas de los automatismos que solo los especialistas entendemos. De hecho, en este sentido ya se hicieron "pruebas" un par de veces con el embalse de Ricobayo (Zamora), vaciándolo para producir electricidad y comprobar la resistencia a la sequía de las ovejas y demás ganado que pasta en sus laderas, así como la "resiliencia" (capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos) de las empresas de recreo que viven en sus orillas.
Quedémonos tranquilos, pues, porque las muertes, las esperas en estaciones, las pérdidas en negocios y todos los jodidos inconvenientes que nos provocan estas situaciones no son más que un ejercicio colectivo para acostumbrarnos con la mochila de emergencia a ser pacientes ante el "ente superior" que es la empresa, eso que en los ochenta llamábamos el sistema, y así, agilipollados, sigamos pagando, muy caros, los servicios que nos permiten vivir, si algún especialista no lo remedia, cómodamente.
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