A mi colega, Valeriano Belmonte
Valeriano Belmonte y yo coincidíamos, muy a menudo, en la sección de "Cartas al director" que editaba el periódico "La Verdad" por aquel entonces; después continuamos haciéndolo gracias a "La Tribuna de Albacete". Cada uno de nosotros se expresaba con ese trasfondo poético y algo filosófico que nos alumbraba, para poder llegar al objetivo: compartir ideas e ilusiones con nuestros lectores. Como ya sabéis, Valeriano era un enamorado de los tebeos y la cultura, desde pequeño, y así lo demostró cuando propuso crear un museo nacional del TBO en nuestra ciudad. En mi opinión, no le faltaba razón, pues ¿qué es la vida sino una burda pantomima, a veces sin gracia y malhumorada, en la que estamos inmersos; no así en los tebeos, que, sin el boato académico de rigor, se ríe de ella desde la sencillez.
Estoy sentado en un banco del jardín del Altozano enfrente del edificio que albergaba la sede del Banco de España, donde Valeriano veía (en sus sueños) las viñetas de esta vida efímera y vestida con el corsé académico y soberbio de la racionalidad.
Valeriano, disfruta de tu bondad donde quiera que estés.
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