El bien común
Nuestro planeta Tierra es singular, porque no conocemos otro parecido en un radio enorme de años luz. Él seleccionó una particular vida de carbono, y esa vida fue creando la biosfera al establecer un particular proceso evolutivo que llevó a una mente consciente muy peculiar. Una mente individual capaz de comunicarse con otras, y de comunicar los progresos que va obteniendo en el tiempo, generación tras generación. Una mente capaz de tomar decisiones y observar que, tanta particularidad, responde a un propósito. Un propósito que antes liberó de golpe toda la energía en el Big Bang, haciéndola perceptible mediante la atracción gravitacional creada por las arrugas del espacio-tiempo. En las estrellas de los cúmulos galácticos, esa atracción genera la materia de los elementos que luego se esparcirá al estallar en supernovas. Es este un propósito que busca crear una mente holística muy superior a la suma de todas las mentes conscientes. Una consciencia que no muere con el cuerpo, sino que pasa como información cuántica al universo. Es un propósito que nos hizo llegar un mandato nuevo para que seamos capaces de alcanzar la libertad: «que os améis los unos a los otros como yo os he amado". Porque si no, seremos esclavos del odio, la violencia y la venganza. Porque solo así la mente holística estaría en el propósito de un Reino construido desde la libertad. Nuestra vida actual va de eso, de cambios en nosotros mismos que se reflejen hacia los demás como hechos que mejoran el mundo y su existencia.
Hace unos días decíamos adiós al Presidente Mújica: un sabio que sabia de estas cosas porque las hacía, y así es como dejó una profunda huella: mediante una sabiduría que no ambicionaba el apego a las cosas, sino la libertad de ser uno en la casa común de todos bogando por una economía del bien común. También hace unos días conmemoramos la muerte del maestro Anguita (2020), un hombre preocupado por lograr hechos pactados programa a programa, para ser transparente y no engañar al elector. Y es que: «Amar a alguien es querer su bien y trabajar eficazmente por él. Junto al bien individual, hay un bien relacionado con el vivir social de las personas: el bien común. Es el bien de ese "todos nosotros" formado por individuos, familias y grupos intermedios que se unen en comunidad social». ("Caritas in veritate"). El bien común debería ser responsable, pero no le dejan serlo porque siempre gana el particular bien privado para aquel que pueda pagarlo, y se va olvidando el bien común público y gratuito.
Al menos deberíamos defender la calidad y suficiencia de la sanidad y la educación públicas. Pero nos estamos perdiendo por el desprecio y el odio al otro, sin la colaboración de ese "todos nosotros", del bien común público.
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