¿Eurovisionqué?
Desde hace años, el Festival de Eurovisión, tanto en el método como en la forma, se ha convertido en politiqueo. Ya no prima la presencia imponente del cantante comiéndose el escenario. No es importante el tema en sí. Ya no. Ahora son semifinales, finales, artilugios, escenas potentes, escenarios inmersos donde la canción ya pasa a otro eslabón. Lo que sí es una realidad, es que enviar cantantes a Eurovisión enseñando el cuerpo y sus indudables curvas no es directamente proporcional a una mayor clasificación. Desde Chiquilicuatre, que se hizo por venganza a tanto compadreo entre países, todo parece mejorable en la representación de España. Con ello no estoy diciendo que al festival se tenga que ir recatado/a en el vestir o pasando primero por la censura del por entonces Fraga. Lo que sí expreso es que los responsables de elegir cantante, canción y vestimenta han de saber por dónde corren las tendencias. Ellos se dedican a esto, y si no saben investigar, entonces que dirijan sus carreras hacia otras empresas con menos incertidumbre.
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