La Nueva España » Cartas de los lectores » La idea de Progreso. El límite continuo y el límite cerrado

La idea de Progreso. El límite continuo y el límite cerrado

22 de Mayo del 2025 - Miguel Sánchez (Lugones)

La palabra progresar es un verbo que proviene del latín. Está compuesto por el prefijo pro-, que significa adelante, impulsar hacia, y el verbo gradior, andar, avanzar. Entonces, progresar significa ir hacia o avanzar a algún sitio. Pero ¿se deja alguna vez de progresar o siempre estamos progresando? Si existiera algún límite, ¿cuál sería? ¿Podemos progresar toda la vida hasta el día de nuestra muerte? Tenemos que dejar claro que la idea de progreso tiene cuatro características principales: punto de partida; sujeto; camino; y punto final. Pero, ¿significa que al llegar al punto final dejamos de progresar? ¿Podemos hablar de un punto final o límite que supere el propio límite y se convierta en un límite continuo?

El sustantivo límite proviene del latín limes, que significa: fin, frontera. Podemos deducir que a la llegada a ese fin, ya no hay nada más; pero si añadimos la palabra continuo, cuya procedencia proviene del latín "continuus" y su significado es ininterrumpido; formamos un límite continuo e ininterrumpido.

El sujeto humano, o incluso el Estado, son sujetos de progreso. Estos caminan hacia un fin. Pero una vez que alcancen ese límite, ¿pueden seguir progresando? A mi juicio, el progreso no tiene por qué tener un límite cerrado dentro de la propia existencia; obviamente, como dijo Epicuro: "El ser humano con respecto a la muerte habita en una ciudad sin murallas". Entonces, desde esta perspectiva, la muerte sería el punto final; pero dentro del espacio de la vida, de la sensación; el progreso no necesariamente debe tener un límite cerrado. Si un individuo se plantea progresar en la vida y toma como fin el estado de felicidad, no podríamos hablar de límite cerrado, sino de un límite continuus; un movimiento ininterrumpido de límites o puntos finales que se van superando cada día. Es como un círculo que no tiene punto final, y que a su vez, todos pueden ser puntos finales. Es un límite que nunca cesa, en cambio, es un movimiento marcado por puntos finales, que, una vez que se llega al estado de felicidad, se alcanza ese límite para volver a reanudar el proceso que le llevará al alcance de nuevos límites, aunque sea siempre el mismo. Por tanto, en este aspecto podemos definir el progreso como: un movimiento de avance hacia un lugar en el que los límites son continuos y repetidos, por tanto, nunca se deja de progresar. Una vez que se alcanza el estado de felicidad (límite), se reanuda automáticamente el proceso que nos llevará al siguiente estado de felicidad, y así sucesivamente.

Pero ¿cómo podemos definir el estado de felicidad? Desde mi punto de vista diré que es un estado que se encuentra insertado en un punto en concreto de nuestra vida cotidiana. Es un movimiento que se produce en un momento dado, para luego esfumarse como hace desaparecer la marea un dibujo en la arena. La felicidad "eterna" son cosas de los Dioses. El ser humano tiene estados de felicidad continuos pero espaciados en el tiempo. Por tanto, si nuestro fin es obtener estados de felicidad, aunque muchas veces no seamos conscientes de ellos, el progreso no avanzará hacia un límite cerrado, sino que será un límite continuo a lo largo de nuestra vida. Hasta que, por cosas de la naturaleza, la muerte nos aceche y nos depure nuestro cuerpo.

Imaginémonos un segmento, el punto A o punto de partida es el inicio de nuestra vida; el punto B o punto final es la muerte del sujeto. Ahora bien, el segmento se encuentra dividido en números puntos. Estos puntos son los estados de felicidad (límites continuos), y, una vez alcanzados, se pone en marcha otra vez la consecución de otro límite continuo. Es un proceso que no para, nunca dejas de progresar. El único punto final de progreso en el estado de felicidad es la muerte. Aunque, para algunas personas, la muerte sea el comienzo de una nueva vida. Por tanto, no hablaríamos de un punto final, sino de una transición hacia una nueva vida.

Pero muy diferente sería si un individuo se propone conseguir una plaza en la administración pública. Aquí, el progreso tiene un límite o punto final, que es: conseguir una plaza pública. Si después de alcanzar el punto final no se plantea progresar en otras cosas, se dará por finalizado el progreso, y diremos que es un límite cerrado.

Desde este ejemplo, podemos definir la idea de progreso como: un movimiento que empieza en un punto en concreto y avanza en dirección a un punto final.

La idea de progreso no se puede definir de manera cerrada ni unívoca. En función de la perspectiva que utilicemos para adentrarnos en el análisis de la idea podremos llegar a diferentes conclusiones. Aunque ¿llegar a una conclusión implica llegar a un punto final? ¿Podemos llegar a una conclusión cerrada sobre qué es la vida? ¿Y sobre la belleza, el bien, o el ser humano? La búsqueda a las respuestas de estas preguntas tendrá que ser abordada por la Filosofía, pero sin dejar de lado las Ciencias, ya que la primera se deberá nutrir de la segunda, para que, por lo menos, se alcancen los simulacros de la verdad.

Cartas

Número de cartas: 48970

Número de cartas en Diciembre: 93

Tribunas

Número de tribunas: 2174

Número de tribunas en Diciembre: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador