¿Prohibir para liberar?
Se está debatiendo la prohibición del velo islámico en espacios públicos y escuelas, supuestamente para proteger a las mujeres, promover la igualdad de género y evitar discriminaciones. Pero me surge una pregunta esencial: ¿de verdad se protege a alguien prohibiéndole lo que puede o no puede ponerse?
¿Por qué no cambiamos el enfoque? En lugar de limitar a las mujeres, eduquemos a la sociedad para que no discrimine por una prenda de ropa. Demos herramientas para que cada persona, especialmente las niñas, puedan decidir libremente qué vestir, sin presiones ni imposiciones externas. Eso sí sería proteger.
Seré sincera: no me queda claro si esta prohibición tiene un trasfondo religioso o político. Lo que sí tengo claro es que debe existir libertad. Estoy cansada de que la solución a todo parezca ser prohibir. Lo difícil, pero necesario, es educar.
Y me pregunto: ¿se ha escuchado a las mujeres musulmanas antes de proponer esta medida? ¿Se han recogido sus experiencias, dudas o deseos? O, como tantas veces, ¿se legisla desde el desconocimiento y el paternalismo?
Cambiar el enfoque no solo es más justo, también es más eficaz.
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