Agradecimiento a la residencia San Martín del Rey Aurelio
El equipo de profesionales de la residencia San Martín del Rey Aurelio ha venido proporcionando a nuestra hermana Belén los cuidados necesarios para procurarle una vida de bienestar y salud durante más de 18 años consecutivos.
Belén fue muy querida por sus padres y hermanos, fue el gran nexo de unión de nuestra familia, así lo gestionó, especialmente, nuestra madre, siempre con la colaboración, sin ninguna duda, de nuestro padre. El fallecimiento de ellos dos hizo que tuviésemos que tomar la dura decisión de llevar a nuestra querida Belén a un centro residencial, fuera del arrope de sus padres, de sus personas conocidas, de su familia. Fue un momento desolador porque Belén siempre estuvo bajo la protección de sus padres, Belén no habla, no iba a poder decirnos cómo se encontraba en su nuevo destino de vida. Pero quiso Dios arropar a Belén como si de su familia se tratase, y así fue a través del equipo de profesionales de la residencia San Martín del Rey Aurelio.
A lo largo de todo este tiempo, como hermana y legalmente tutora/curadora de Belén, y en nombre de la familia, he tratado de mostrar nuestra satisfacción y agradecimiento a las personas que procuraban toda clase de cuidados a Belén, por su labor encomiable, por su ejercicio profesional, que va mucho más allá del desarrollo de sus tareas, desplegando actitudes y aptitudes que hacen que la prestación de su servicio sea excelente.
No es fácil llegar al conocimiento de las necesidades de las personas que, como Belén, no pueden comunicarse con la palabra, y ese equipo de profesionales llegó a entenderla como la entendía yo misma, y hasta me recordaban a mi madre cuando me informaban sobre cuestiones de Belén.
Belén falleció el día 22 del pasado mes de marzo, y el duelo que nos toca pasar lo compartimos con ese equipo que también siente su ausencia.
Esta carta de agradecimiento deseamos, asimismo, que sirva para visibilizar la excelencia del trabajo que viene desarrollando, en la residencia San Martín del Rey Aurelio, su equipo de profesionales, dirigido por una excelente directora, en silencio, sosegadamente, sin ningún tipo de alarde, porque ellos lo hacen con naturalidad, con normalidad, desde el conocimiento (saber), la pericia (saber hacer) y la voluntad (querer hacer).
Gracias por la excelencia de vuestro trabajo.
Un afectuoso abrazo de la familia de Belén Prieto Alonso.
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