Un sueño
Como decía Tagore: «Yo dormía y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era la alegría». Me he despertado yo también de un sueño que ha durado un fin de semana en Roma. Fui a la ordenación sacerdotal de mi hermano junto a otros 19 miembros del Opus Dei. Sí, ha sido como ese sueño: allí todo el mundo servía y estaba alegre. Quizás es que se contagia el ejemplo de esos 20 que quieren hacer de sus vidas un continuo servicio al mundo, desapareciendo con alegría y el ambiente de familia que saben crear todas las personas que nos acogían. A muchas ni las ves, ni conoces, saben pasar desapercibidas, pero seguro que son felices, porque sirven. Gracias a todos.
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