Más fondos dinerarios para el urogallo cantábrico
Es una situación especialmente delicada, que delata una verdad incómoda como es el fracaso del ecologismo, que un ave forestal de tan fascinante presencia y prestigio, amenazada de extinción a corto plazo, como es el urogallo cantábrico (subespecie silvestre única), endémico colonizador en otro tiempo de nuestros bosques de haya, abedul y acebos, se encuentre en la actualidad y desde hace tiempo padeciendo de los rigores que le origina una fase regresiva de sus poblaciones llena de episodios agónicos en lo que respecta a la acción y efectos de vivir sus últimos efectivos como especie en la parte asturiana de la cordillera Cantábrica, sin que por el momento se haya dado con la solución.
De la opinión en forma de alerta que se ha podido recoger de algunos expertos en descifrar la claves de haberse producido sobre esta situación penosa creada en un escenario relevante de la naturaleza asturiana, cabe destacar el significado de la trascendencia que haya podido tener no haber dispuesto de fondos dinerarios más de los provistos, puesto que los recibidos han podido constatar, desde la visión oportuna que les ofrece su particular observatorio, no han sido los que se necesitaban: quedaron escasos o fueron deficientes. Por tanto, así las cosas con el urogallo asturiano, y ante la creencia de que no hay tiempo de espera, ni aplazamiento posible, requiere actuar en un marco de atención de máxima urgencia, dado el carácter excepcional de la situación.
Es de razón deducir que, con los medios actuales de que se dispone, no será viable "mejorar la estructura y composición del hábitat, eliminar elementos causantes de perturbación, reducir las competencias con otras especies y disminuir las altas tasas de depredación", entre otras cosas que no son de poca importancia. Para el próximo proyecto que se anuncia pondrán en marcha en la vecina comunidad de León, con el fin de "frenar el declive de esta especie exclusiva del noroeste de la península Ibérica", lo que se prevé edificar una magna obra, sostenerla y que tenga continuidad en el tiempo, será necesario ir mucho más allá de los recursos que se le ha destinado hasta ahora, de tal manera que se conviertan en una poderosa herramienta de tanta envergadura que permita garantizar la supervivencia de este "gallo montés" en sus hábitats tradicionales.
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