La dejadez del Sespa
Si alguien se pregunta por qué cada vez más asturianos tienen seguro médico privado (17% actualmente), por qué cada vez hay más hospitales privados y por qué cada vez hay menos médicos, la respuesta es simple: la dejadez del Sespa. Mi caso es un perfecto ejemplo de la misma.
Fui médico de SAMU durante 11 años, y en diciembre me di cuenta de que en los últimos 6 años me estuvieron pagando de menos cada mes, hasta un total de 33.841 . Esto se debe a mi renuncia a la exclusividad, en la que me descontaron 400 euros al mes más de lo debido.
Los culpables de semejante pérdida son los responsables de las nóminas del Sespa y de la coordinación económica de SAMU, que, por increíble que parezca, no revisaron ni una sola vez las nóminas en 6 años. Las consecuencias económicas de esta negligencia son muy graves, ya que en el mejor de los casos devolverán lo correspondiente a los últimos 4 años, según la ley, y por ello voy a perder más de 11.000 euros. Así trata el Sespa a quienes cumplen las normas. No es de extrañar que los médicos se vayan.
Mi caso, al igual que otros muchos, demuestra que el principal problema de la sanidad pública es la sanidad pública. Esta gente, a la que al parecer hay que vigilar como a niños para que hagan su trabajo, y que en la privada estaría en la calle en dos días, el Sespa los mantiene hasta que se jubilan. Con puestos directivos asegurados de por vida, pueden trabajar lo mínimo impunemente. En general, si la retahíla de coordinadores, directores, jefes y demás puestos de mando del Sespa hiciera su trabajo, la sanidad privada no podría competir con la pública, y tendríamos un sistema de salud a la altura de los pacientes y sus trabajadores. Por desgracia, quienes lo hacen son los menos, y por ello sale más rentable externalizar y concertar los servicios, con lo que la sanidad privada va ganando terreno a una sanidad pública que tiene que cargar con toda esta gente. Así, poco a poco, la sanidad privada irá sustituyendo a la pública hasta hacerla desaparecer.
Este es solo un ejemplo del perjuicio que ocasionan a los demás los malos profesionales que no cumplen con su obligación mientras cobran sueldos elevados por cuenta de los impuestos de la gente. Hace ya más de seis meses que comuniqué esta situación. No hace falta decir, en su línea, que no tuvieron la decencia de hacer nada, y hay que llevarlos a juicio para que paguen. No se debe permitir que esta situación siga así. Si no se pone remedio, la sanidad pública acabará desapareciendo víctima de sus propios males.
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