Altu la Colladiella
En el Alto de la Colladiella. Memoria para el Nunca Más.
Frontera común entre Mieres y San Martín del rey Aurelio, espacio de la Memoria democrática, que apela a estos montes siempre rebeldes, que albergaron a fugaos insurgentes que trataron de sobrevivir y subvertir al orden franquista impuesto tras el golpe de estado y la cruel y cruenta guerra.
Autoridades como la concejala de Memoria democrática del Ayto. de Mieres, Nuria, como el alcalde de Samartín, Ardines, Asociación del "Monumento la Colladiella", y varias representaciones memorialísticas, hicieron uso de la palabra en medio de la niebla y el ligero orbayu, para recordar y para exigir.
Se mencionó a Pepe Mujica, el uruguayo, a las personas que siguen reclamando Justicia, a Palestina y Gaza, a los muertos (asesinados, dijeron) de la mina de Zarréu, a la extrema derecha galopante en el mundo, a Nicanor Rozada, a la unidad necesaria de las izquierdas, a la Verdad-Justicia-Reparación histórica, y a la necesidad imperiosa de trasladar la Memoria de los hechos criminales a las nietas y nietos, para que en efecto tengan herramientas para combatir a los nuevos fascismos y sus abusadoras avaricias.
La concejala Nuria, el concejal Paco, de Mieres, allí estaban presentes, pero en breve estarán viajando a los campos de exterminio nazi de Hartheim, Mauthausen y Gusen, a los 80 años de su liberación.
Precisamente allí, en Austria, a mediados de junio se celebra el Congreso judío antisionista, que exige desmarcarse del sionismo criminal, y auspiciar el Nunca Más del genocidio actual en Palestina, que tiene, dicen, más de Cien años de practicarse.
En su intervención en el Altu La Colladiella, el documentalista Alberto Vázquez ha querido compartir un poema de Adelina Antuña Suárez, referida a la cárcel franquista de El Coto en 1938.
Mañanita de febrero
Aquella triste mañana
Cuando la nieve caía
En la región asturiana
En la cárcel amanecía..
Los reclusos preguntaban
¿qué sucede compañeros?
¿por qué hoy no tocan a diana?
Se oye un ruído de cerrojos
Allá en las celdas cercanas
Donde a nuestros compañero
La muerte les aguardaba
El silencio de la cárcel
Lo rompe una voz timbrada
Que era un ¡Viva la República¡
Y otra voz que dice ¡Calla¡
Son voces que están juntas
Y que están muy separadas.
Es la voz del sacrificio
Y la voz de la canalla.
Van camiones de asalto
Con aquella triste carga
Camino del cementerio
Donde el piquete esperaba.
Sobre finísima nieve
Queda una línea trazada
La cárcel y el cementerio
Unos puntos de parada
Aquel día el camposanto
Era una sábana blanca
Que fue teñida de rojo
Por la sangre derramada.
Sangre y nieve, rojo y blanco
El cementerio quedaba.
Rojo como sus ideas
Blanco como sus almas.
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