María Ostiz, avilesina entreverada de navarrica
Los 80 años de María Ostiz, la gran intérprete pop de los sesenta.
Son 81 que cumple el 8 de junio. María, avilesina de pro y navarra por amor, es el sueño de los caballeros andantes de aquella generación. Como yo.
Media melena, faldas escocesas, un cigarrillo al salir de clases, algún guateque pero a casa antes de las diez, venían de colegios de monjas y llenaban las aulas de Filosofía y Letras. A misa de doce todos los domingos, el vermú y el paseo después.
María Ostiz Espila el día 8 del corriente pasa ya del Rubicón de los 80. Bien cumplidos, aunque después de un matrimonio con Zoco, el mediocampista del Real Madrid, para toda la vida.
Hace justamente dos lustros, cuando falleció él, se retiró de los escenarios, pero sus canciones siguen aleteando entre nosotros, que hablaban de amor, de pureza y de juventud.
Era una chica de derechas sin remilgos, con las clavijas bien puestas. El humor y la socarronería que no falten.
Yo le hice una entrevista para el diario SP el año 78 y sigo entonando el pobre de mí. Llegado San Fermín me acuerdo de ella. Pobre de mí, ya se acabaron las fiestas de San Fermín... y los borrachos en el cementerio juegan al mus, apaga la luz, Mariluz, etc.
Esta pamplonica terciada de asturiana cantaba como los ángeles y con sus filados increíbles podría batir a la Callas, a la Caballé y otras divas. Sus grandes saberes interpretativos tenían que ver con el arte dramático.
¿Inspiración? No. Codos, me dijo aquella vez. Los del 68 tuvimos la suerte de tener cantantes como ella, como Rafael, como Juan Pardo, Maritrini, o etnógrafos al estilo de Joaquín Díaz, que resucitaron el folklore popular; cantábamos con Raimon temas en catalán, con Serrat en catalán, y la Ostiz regalaba nuestros oídos con la dulzura de aquel romance vasco "A un chopolito", siguiendo por los "Cuatro muleros", el "Naveira do mar" de la Galicia eterna, terra ferma, terra acérrima, o el ijujú de las folixas de romerías de prau.
Creíamos que la vida era una fiesta y que la fiesta no se iba a acabar jamás. Tiempos de libertad pero sin odio y sin revanchismos... "y cinco sentidos tenemos, pero los cinco perdemos cuando nos enamoramos". Qué gran verdad.
María, sigo siendo tu caballero andante y subo a la red todas tus melodías, que me hacen revivir la dicha, la ilusión, el fervor, también el miedo de aquella década prodigiosa, y prodigiosos fueron los sesenta. Que no te mueras nunca.
Salutem plurimam. 81 tú el día 8, y 81 yo cuatro días más tarde.
Los quintos de aquella leva damos un paso al frente.
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