Responsabilidad corrupta
He ido a votar siempre, y he elegido según lo acontecido y no por sus promesas. Aunque en las últimas elecciones hubo un 33% de abstención y en las europeas un 50%, siempre he ido a votar en contra de lo acontecido. La mayoría de los abstencionistas lo son porque defraudados ya no tienen esperanza alguna en que esto cambie. ¡Cómo va a cambiar si no van a votar! Voten y manifiéstenles que tienen el derecho y el deber de echarles por sus corruptelas y mentiras. Llevo muchas convocatorias en las que el partido al que voté ni siquiera llega a tener un escaño. ¿Por qué se pierden los votos que no han entrado? ¿Por qué se amputa la democracia dejando sin representación a tantos votantes? Los que quedan fueran deben entregar sus votos a los que están dentro, entonces todos los votantes están en el Congreso.
Leo en LA NUEVA ESPAÑA las declaraciones del expresidente J. M. Aznar en las que declara: «Lo importante es que la mayoría de los españoles se sientan identificados con un proyecto de cambio para el país. No se puede seguir en este ambiente insoportable de irresponsabilidad corrupta que estamos viviendo». Una frase de una hermosura 'booliana' irrefrenable, que en buena lógica nos está diciendo: «Existe una mayoría de españoles que se sienten identificados con un proyecto de cambio para que el país viva en un ambiente soportable de responsabilidad corrupta». En las próximas convocatorias electorales les conmino a recordar que se debe ir a votar en contra de toda responsabilidad corrupta. Si usted va excluyendo partidos y tropieza con un partido que aún no se ha estrenado en corruptelas y mentiras: ilusiónese con él, porque tampoco se ha estrenado en decepcionarle (no es por darle una oportunidad, es para que desaparezcan los demás). Fue Xuan Xosé quien dijo una vez: «Si haciéndolo mal les siguen votando, para qué van a cambiar».
Según el Gobierno, Europa debe hablar catalán en la intimidad. Lamentablemente, prefiero las razones de Elias Canetti para escribir y hablar en alemán: cuando su lengua materna era el ladino, la infantil el búlgaro, la de muchacho el inglés y la de adulto el alemán. Según él, lo hacía porque el alemán era el idioma secreto de amor de sus padres. Un alemán que era la lengua más culta de Europa antes de que las personas cultas tuviesen que huir de su país. ¿Será el catalán el idioma de amor de Pedro Sánchez con su incultura de poder? ¿Dónde tendrá que huir nuestra cultura si el castellano en España y el español en el mundo (sic) «es» menospreciado por ser el idioma del desamor siendo la segunda lengua materna más hablada, uniendo a todos los hispanohablantes menos a los que no hablan castellano? Si es que... No tiene lugar, no tiene paisaje, y menos tiene patria.
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