Conferencia de Presidentes, sin acuerdos, sin compromisos

En la Conferencia de Presidentes se dieron varios escenarios dentro de la insulsa y, por otro lado, costosa reunión de banderas, pendones y estandartes.

Por un lado, el escenario de blancas paredes, blanco mobiliario, lámparas de lágrimas con irisados reflejos y el yerno de la noche que será recordado como el gran destructor de la España democrática y del desnortado Partido Sin Orden Establecido (PSOE). Un escenario en color blanco que pacifique. Escenario digno de posturas más allá de los Urales, con el jefe ubicado en mesa individual rodeada, pero sin tocar su mesa, por los presidentes de las diferentes CC AA, con la mesnada ministerial, bien subordinada, dándoles la espalda en señal de privilegio ante sus súbditos.

Tenemos la disputa de las diferentes lenguas en una falta de respeto y educación hacia quienes no tienen conocimiento de las habladas en otras CC AA, con costosa decisión, demostrando un ego e intento de supremacía. El castellano supone un medio conciliador entre quienes sí lo hablan, y propongo que en próximas reuniones utilicen el inglés consiguiendo, con esta postura, evitar vergonzante escena y escuchar barbonitis utilizando el asturiano en la próxima reunión.

Me salgo unas líneas de la política para exponer dos vivencias personales. Una, en un viaje de estudios a Mallorca, allá por los años 70. Mientras esperábamos el transmediterráneo, entramos cinco "pininos" en un bar del puerto y pedimos bocadillos. El dueño no nos hace caso y nos habla en catalán. Le dijimos que nos hablara en español porque no le entendíamos, pero él a su catalán. Uno de nosotros comenzó a hablar en asturiano cerrado, un poco extraño por aquel entonces. Lo que no esperábamos es que unos clientes, sentados en unas mesas, comenzaran a increparnos y llamarnos, en castellano, pueblerinos y extranjeros. No hizo falta traducción. Los cinco "pininos", de gimnasio, utilizamos el idioma conocido en todo el universo.

Algo similar me ocurrió en el campamento de mili en Cáceres con un grupo de catalanes. Me dirigí para comentarles que habría una reunión para organizar un partido de fútbol. Los catalanes, que estaban hablando perfectamente castellano, no solo no me hicieron caso, sino que comenzaron a hablar en catalán.

La moraleja es que el idioma que ha de ser vehículo de comunicación y concordia ya suponía, como en esta Conferencia de Presidentes, una mal entendida identidad e irrespetuosa convivencia multilingüística y multicultural. ¿Quién es el irrespetuoso? Creo que quienes pudiendo comunicarse en un castellano prefieren la incomunicación como demostración de privilegio. ¡Incomprensible! El pinganillo no es un tema banal, sino que es, creo yo, un concepto de Estado y unidad democrática entre la ciudadanía. Siendo más concreto, el odio al castellano ya no es en esa conferencia. Es la prohibición y persecución del español y del castellano en las escuelas, trabajos o publicidad en CC AA que no permiten su utilización. Ahora bien. En la acción de levantarse de la reunión política no lo comparto por representación a quienes eligieron a esa persona a través de los votos y porque ha dado argumentos innecesarios para que se ataque esa actitud.

En ese vodevil de conferencia, nos encontramos con corrillos de algún cargo público, entre ellos el buen yerno Illa, tapándose la boca con las manos cuan jugadores de fútbol irrespetuosos e ídolos de barro. No hace mucho, era falta de respeto hablar y susurrar al oído. Ahora, lo moderno, correcto y guay es tapar la boca con la mano y susurrar. ¡Qué imagen más vergonzante!

Ahí estaba nuestro figurín asturiano. Exhorto, ojiplático ante el perfume que le enviaba el mercenario político de venta del Estado. Hubo un detalle televisivo en el que nuestro presidente autonómico estaba risueño, pero, acercándose el jefe máximo, cambia el rictus hacia una seriedad, admiración y atención que sirve para estudio de gestos no verbales de entrega y acatamiento.

El culmen, como acto a destacar, la petición de 14 presidentes autonómicos en adelanto electoral. Nuestro amantísimo presidente se echa una enorme carcajada con coros de los que a su espalda estaban sentados, entre risitas y cuchicheos, ¡dónde vamos a estar mejor, aunque nos llame pájara!

¿Cómo pudo un partido socialista permitir que personajes con esta altivez, soberbia y falta de palabra alcanzasen cotas de poder? Asturias tampoco precisa figurín, fiel seguidor del sanchitis, ni gobernadora que se esconde, al menos no lo leí, sin defender a una compañera que es insultada, ¡claro que tampoco escuché a la directora general de Igualdad del Principado, ni a la bien colocada Carmen Calvo Poyato! ¿Tan mal está el partido?

¿No hay corrientes, dentro del partido, que digan hasta aquí habéis llegado? ¡Qué razón tenían los Javier Fernández y compañía, conocedores de la tela que le venía al partido! El propio filial "El País" un 29 de septiembre de 2016 tacha a Sánchez en los siguientes términos (sic) "la salida del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, forzado por la dimisión ayer (por este miércoles) de una mayoría de su comisión ejecutiva, es imprescindible". "Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal", afirma el editorial, "sino un insensato sin escrúpulos que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme fracaso". Claro que todo se presume desde aquella urna con cortinilla y el recorrido a las agrupaciones en el Peugeot con salida, desde su interior, de Ábalos, Koldo y Santos Cerdán. ¡La justicia dictará y los afiliados y votantes sabrán!