Cuatro tíos
En un Peugeot. Al volante uno que parece listo, va bien vestido, es alto, carrera universitaria, políglota, un figura. Con él, tres tíos más bien del tipo garrulo; a primera vista, con el tiempo vemos que como poco deberíamos de considerarlos: listillos. Con el paso del tiempo el figura vuelve a ser nombrado secretario general del PSOE y con posterioridad llega a presidente del Gobierno de España. A los garrulos les nombra, primero, a uno secretario de organización del PSOE, es decir, su mano derecha en el partido, para más tarde nombrarlo ministro de Fomento y después ministro de Transportes. Al caer en desgracia, sin motivo aparente, el primer garrulo, nombra para el mismo puesto, secretario de organización del PSOE, al segundo garrulo. El tercero en discordia, y que no estoy seguro de si finalmente será el más listo, acaba de asesor general del Reino, al lado de los otros dos, es el que parece mover todas las fichas, estar en todas las salsas, etc. Todo esto pasa al lado del figura durante no menos de once años. Ni cuando iban por las Españas en el Peugeot, ni cuando en el día a día hacían piña como buenos amigos y colegas de Gobierno y partido, el figura se enteró de que los garrulos, en realidad, formaban presuntamente una banda criminal dedicada a robar a todos los españoles mediante mordidas en adjudicaciones de obras por toda España, adjudicadas por el Gobierno que el figura preside. Tampoco se enteró de que los garrulos eran unos déspotas y puteros, según informaciones que llevan meses saliendo en todos los medios de información (salvo en "El País", la SER y la televisión de todos, RTVE), es decir, en seudomedios, tabloides, todo mentiras y fango, hasta que la UCO nos descubre a todos y al figura que hay mucha verdad en esas informaciones. Ahora, el figura, de piloto del Peugeot, se autonombra capitán de barco, y con la voz meliflua con la que nos sermonea a los pobres mortales viene a decir que le engañaron, que él es una víctima. Se me viene a la cabeza el personaje de José Mota que dice: "Tonto, tonto del too, tonto para siempre", no sé por qué. Me empieza a entrar miedo de que al figura, con esa vanidad que le caracteriza, no se le vaya a ocurrir acabar apareciendo un día en su televisión vestido de camuflaje con una estrella de ocho puntas en cada hombro, como Comandante en Jefe, me da miedo de verdad. Volem votar.
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