Despedida de una maestra a sus alumnos de 6º EP
Llegó el día que estabais esperando. El último, el definitivo. Hemos ido restando días hasta hoy, quitando exámenes, salidas, tareas, proyectos y dictados.
En este final de etapa educativa y de vuestras vidas, no quería que os quedaseis sin unas palabras de vuestra tutora. He tenido mucha suerte porque os he conocido cuando aprendíais a escribir y a leer. Cuando os encantaba bailar con mis canciones en inglés. He visto muchas de vuestras primeras veces e incluso a alguno le he quitado su primer diente. He presenciado cómo habéis evolucionado y cómo os habéis convertido en lo que sois ahora. En unos años, os veré por el colegio y algunos miraréis para otro lado como si no me conocierais (cosas de la adolescencia), pero yo estaré muy orgullosa de haber sido parte de vuestra infancia y sé que en el fondo siempre os acordaréis de mí.
A muchos de vosotros os pondré las bandas en la graduación de Bachiller, cuando ya estéis a punto de volar lejos de aquí, y por ello soy afortunada. Por ser una de esas personas que os dieron algunos de los trucos para poder volar alto y seguros.
Se acerca una de las etapas más emocionantes de vuestras vidas, pero también descubriréis que no todo es de color de rosa. Comprobaréis en primera persona que, efectivamente, el esfuerzo es la clave del éxito. Muchos viviréis vuestros primeros amores (y desamores), y otros llegaréis a pensar que vuestra familia os quiere hacer la vida imposible. Si alguna vez os pasa eso por la cabeza, recordad que es culpa de vuestras locas hormonas... y que, aunque cueste imaginarlo, vuestros padres también tuvieron vuestra edad y pensaron lo mismo de sus propios padres. Ponedles las cosas fáciles. Aunque suene a tópico, ellos solo quieren lo mejor para vosotros. Algún día entenderéis que para ellos sois su bien más preciado y que su amor hacia vosotros no se puede verbalizar con palabras ni expresar en números.
Ojalá dentro de veinte años sepa de vosotros y me contéis a qué os dedicáis. Ojalá hayáis cumplido esos sueños que a veces me confiáis. Ojalá alguno o alguna llegue a ser maestro y sienta lo mismo que yo siento hoy. Pero, por encima de todo -más allá de logros académicos o profesionales-, mi mayor deseo es que seáis felices e independientes. Que construyáis vuestro propio camino sin depender de nadie. Eso sí, rodearos siempre de "personas vitamina" que os hagan el trayecto más ameno y divertido.
Por último, deciros que aquí estaré siempre que me necesitéis. Da igual que pasen los años, sabéis mi correo y sabéis dónde encontrarme. Si algún día necesitáis hablar y que alguien os ponga los pies en la tierra, contad conmigo. Porque yo nunca olvido que algún día fui como vosotros... y de ahí sale la magia para dedicaros estas palabras: de seguir siendo una niña en un cuerpo de maestra.
Mucha suerte en todo lo que os espera.
Con muchísimo cariño,
vuestra tutora.
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