¡Solidaridad que salva!
Me llamo Juan Cuétara y soy el presidente del grupo motero "Piñones MG Navarra". El jueves 19 de junio llegamos desde Pamplona a Oviedo para disfrutar de un viaje turístico en moto por la región. Al día siguiente, viernes 20, nos disponíamos a salir de la capital rumbo a los Picos de Europa. Podría hablar de mala suerte, pero no fue el caso: en la rotonda de Santullano, ya al salir de Oviedo, un conductor de un turismo, ignorando las normas más básicas de nuestro Reglamento de Circulación, golpeó a un amigo del grupo que rodaba junto a nosotros.
El impacto fue brutal: nuestro compañero salió despedido y quedó tendido en el asfalto. En ese instante crítico, la solidaridad humana emergió de forma inesperada. Varios ciudadanos que paseaban o practicaban deporte en la zona se acercaron rápidamente para prestar ayuda. Entre ellos estaba Fernando, un médico de urgencias de la zona oriental de Asturias que tomó el control de la situación. Con profesionalidad, calmó a nuestro amigo, le realizó los primeros auxilios, explorando sus heridas e inmovilizándolo para evitar mayores daños.
Mientras tanto, una furgoneta del Equipo de Atestados de la Guardia Civil, que casualmente transitaba por el lugar, intervino con diligencia y eficacia. Los agentes gestionaron el tráfico, que se había colapsado casi por completo debido al "efecto mirón" de los curiosos, hasta que la Policía Local llegó para hacerse cargo de la investigación del accidente. Este despliegue de coordinación y compromiso hizo de bálsamo en medio del caos.
Trasladados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), nos aguardaba otra muestra de humanidad. Los profesionales médicos nos atendieron con una calidez que nos sorprendió gratamente, demostrando una vocación que va más allá del deber. A ello se sumó la generosidad de numerosos ciudadanos que, al percatarse de que "éramos de fuera", se acercaron para ofrecernos "cualquier cosa que estuviese en sus manos" mientras esperábamos ansiosos el diagnóstico de nuestro compañero.
Hoy, días después, nuestro amigo sigue luchando en la UCI, y aunque la preocupación nos corroe, no puedo dejar de destacar la admirable profesionalidad y dedicación de todos los que intervinieron: desde el médico, gracias al cual las lesiones de nuestro amigo no han ido a más, hasta los agentes y el distinto personal sanitario. En un mundo donde a menudo parece escasear la empatía, este episodio me reafirma en que aún existe esa vocación desinteresada que tanto necesitamos en nuestro país. Ojalá estas acciones sirvan de ejemplo y nos recuerden el valor de la solidaridad en estos momentos oscuros.
Juan Cuétara
Presidente de "Piñones MG Navarra"
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