Las repugnantes cloacas de las redes sociales
El nuevo modelo de comunicación ha cambiado desde la entrada en nuestras vidas de las nuevas tecnologías, y más concretamente de las redes sociales. En mi opinión, tienen dos caras. Por un lado, sirven de altavoz y, por otro lado, son las cloacas donde reinan el odio, los insultos, las faltas de respeto, el acoso sexual, la adicción al móvil, entre muchísimas cosas más que son perjudiciales para nuestra salud mental.
A raíz del ascenso del Real Oviedo a Primera División siempre hay quien saca lo peor como persona. Insultos al Real Sporting, vídeos y fotografías con faltas de respeto. Lo de siempre, ¿verdad? Y digo yo, ¿en qué sociedad vivimos? ¿Qué ejemplo estamos dando a nuestros hijos? Los aprendizajes son por imitación. Yo no tengo hijos, pero algún día quiero tenerlos y los educaría con valores como el respeto, la empatía, la sinceridad, la honestidad. Les haría ser PERSONAS con mayúsculas.
Yo soy del Real Oviedo, pero no se me ocurre publicar en mis redes sociales algo ofensivo hacia el Sporting. Uno de mis mejores amigos me pidió un favor, que fuera a la tienda del Sporting a buscarle una camiseta. Pues fui. ¿Por qué no voy a ir? ¿Qué soy, un niño y digo que no voy porque es mi rival? Evidentemente, no.
Por un uso responsable de las redes sociales.
Entrar al Facebook e Instagram a diario es bajar a las cloacas donde se ve lo peor de cada persona. El odio hacia lo diferente, pisar al débil, la desinformación, los bulos. No estoy en contra de las redes, pero sí de un uso responsable de las mismas, así como una legislación en donde las faltas de respeto no estén permitidas.
Los móviles se han convertido en una extensión del brazo de niños, jóvenes y adultos. Hay que desconectar para volver a conectar. Todo está en internet, pero la vida real no está detrás de una pantalla, sino en la calle. Calles en donde sales a dar un paseo y ves a un grupo de cuatro chavales que no hablan entre ellos y están todos con el móvil. También cafeterías donde los adultos van a tomar algo y no hablan, están enganchados al móvil.
Dentro de diez años será peor. Las tecnologías avanzan, pero nosotros como personas debemos saber frenar, soltar el móvil y desconectar. Pero lo más importante es que como ciudadanos de este mundo globalizado nos unamos para evitar que los insultos y las faltas de respeto sean el pan nuestro de cada día.
Mi papel como periodista y escritor es escribir para cambiar el mundo, abrir las mentes, llegar a las personas a través de las redes sociales, pero con contenidos positivos donde reinen la paz, el amor, la armonía, la empatía y la sensibilidad.
Saldremos de las cloacas a la superficie para mejorar la sociedad actual. Que así sea.
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