Segunda oportunidad
Querido equipo de Cardiología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo:
Quiero dedicar estas palabras con el corazón lleno de gratitud, cariño y admiración a cada uno de vosotros, quienes con vuestra dedicación, profesionalismo y calidez humana habéis hecho posible que hoy pueda seguir adelante tras las experiencias tan duras y, a la vez, tan llenas de esperanza que he vivido en el HUCA.
El 28 de julio de 2019 entré en su hospital con un cuadro crítico, un infarto brutal, cinco descargas y múltiples de pruebas para determinar la gravedad de la tormenta arrítmica que amenazaba mi vida. Gracias a la incansable labor de la Dra. Díaz Molina y su increíble equipo, el 29 de julio de ese mismo año se realizó el trasplante cardiaco que me devolvió la esperanza y la alegría de vivir. Desde ese momento, comenzaron para mí días de cuidados intensivos, de paciencia, de lucha, en los que cada profesional del HUCA mostró un cariño y una dedicación que nunca olvidaré. Gracias por cada gesto, cada palabra de aliento, por su entrega y por hacerme sentir que no estaba solo en ese camino tan difícil.
A lo largo de estos años, su compromiso ha sido constante y admirable. En octubre de 2023, enfrenté una trombosis pulmonar y venosa, además de una infección de la herida quirúrgica, y nuevamente su atención, profesionalismo y empatía fueron fundamentales para mi recuperación. Desde el equipo de cardiología, con la Dra. Dña. Beatriz Díaz Molina, Dña. Vanesa Alfonso Fernández, Cristina Fidalgo Muñiz, y Erika, hasta Medicina Interna, con el Dr. Tomás Suárez-Zarracina Secades, la Dra. Arantza Gadañón, cada uno de ustedes ha aportado su experiencia con cariño y dedicación.
En 2024, tuve que someterme a una intervención para la unión de las vértebras con tornillos, y en cada revisión, en cada control, sentí que estaba en manos de verdaderos profesionales que se preocupan por mi bienestar. El último TAC, en mayo de 2025, mostró que todo iba bien, y eso es gracias a su trabajo minucioso y constante.
También quiero agradecer de manera especial a la supervisora de planta de cardiología Dña. Ana Gómez, y a todo el personal de enfermería, auxiliares, celadores, personal de limpieza, al fisioterapeuta Roberto y su equipo, a la psicóloga Dra. Míriam Martínez, y a todos los que, en cada departamento, con su esfuerzo y cariño, hicieron posible que mi recuperación fuera completa y llena de esperanza.
A cada uno de vosotros, gracias por vuestra entrega, por vuestra paciencia y por el amor por lo que hacéis. Gracias por ser mi equipo de ángeles en cada momento difícil, por darme fuerzas cuando más las necesitaba y por hacer que cada día en el HUCA sea una muestra de vuestro compromiso humano y profesional.
Con todo mi corazón, os envío un profundo agradecimiento y mi más sincero cariño. Vosotros no solo salvasteis mi vida, sino que también me regalasteis una segunda oportunidad para seguir disfrutando de la vida.
¡Muchas gracias, de corazón!
Con toda mi gratitud y cariño, y con la ayuda de mi prima Raquel Novoa Souto (y perdonar si me olvido de alguien).
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