Oviedo rural: la selva que olvidó el Ayuntamiento
Por más que lo repitan, la zona rural de Oviedo no está lejos ni deshabitada. Está viva, habitada y muy cerca de la ciudad. Lo que sí está es olvidada. La dejadez institucional ha convertido caminos y carreteras vecinales en felechos, artos y maleza que invaden las vías, haciendo imposible circular con seguridad.
Y no se trata solo de estética. En estas vías se cruzan personas, bicicletas, vehículos y, lo más grave, el transporte escolar. En muchos tramos, caminar o correr implica meterse un metro hacia la calzada para no acabar cubierto de garrapatas o arañado por los matorrales. Creo que es común, un día atrás pasé un tramo de la carretera que sube de Tudela Veguín hacia San Esteban: pan de cada día.
La situación en Villamiana es especialmente preocupante. Los cierres de las fincas invaden las cunetas -que, conviene recordarlo, son también calzada- reduciendo tanto el espacio que ya no pueden cruzarse dos coches sin parar. A todo esto se suma el mal mantenimiento de esos mismos cierres, que van recortándose mal y ocupando aún más el espacio público.
El contraste con Siero -sin ser perfecto- es evidente. La zona limítrofe, perteneciente a ese concejo, muestra un cuidado y limpieza que en Oviedo rural brillan por su ausencia.
Y no es solo la maleza. En la última semana se han producido cortes de agua muy repetidos y de larga duración. Una situación inédita, que añade aún más malestar a los vecinos.
A esto se suma la falta de civismo de algunos. Perros que ladran sin control a todas horas, cierres donde los animales parecen querer abalanzarse sobre quienes simplemente caminan por un camino público, vecinos que confunden libertad con vivir sin normas. Y no: convivir no es vivir como a uno le da la gana. Es respetar lo común, cuidar el entorno y saber que la propiedad privada no da derecho a invadir lo que es de todos.
Ser cívico no está reñido con defender lo propio. Pero cuando la desatención se convierte en norma y la falta de acción por parte del Ayuntamiento lo permite, la situación se agrava.
Porque pagar impuestos en una parroquia rural cercana a la ciudad debería equivaler al mismo derecho a la dignidad que en cualquier calle céntrica. Y porque, si no se actúa, no será una zona olvidada por remota, sino por puro abandono institucional.
El Consistorio está más dedicado a sumarse a caballo ganador, celebrando el ascenso del Real Oviedo; incluso se suman aquellos que lo quisieron enterrar con aquel bodrio de ACF. Así no se hace municipio. La zona rural tiene mucho que celebrar también si fuera tenida en cuenta. No espero nada de ningún politico, pero eso no me impide decírselo. Gracias.
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