No ve quien no quiere ver
Empezó la semana con rayos, truenos, granizadas y una carta enviada a Ferraz por 40 rostros socialistas, ni Vox ni PP (entre otros José Barrionuevo, César Antonio Molina o Javier Sáenz Cosculluela, Nicolás Redondo, Rafael Vera, Alejandro Cercas o Eligio Hernández), en la que exigen al jefe del Ejecutivo su renuncia "inmediata" como secretario general del partido, así como un congreso extraordinario para la "salvaguardar la dignidad" de sus votantes.
Aseguran a Sánchez que "los casos de corrupción, vinculados a personas" de su "máxima confianza", se suman a "una práctica de gobierno caracterizada por espurias decisiones políticas que han supuesto una efectiva mutación de la Constitución, que fue aprobada en referéndum por el pueblo español".
A media semana, Sánchez ha repetido que España no tragará con el 5% de gasto militar exigido por Trump, pero él lo niega, asegurando que han sido expertos del "Ministerio de Defensa, de las Fuerzas Armadas", quienes han colocado ese techo en el 2,1%.
"Por tanto, no he sido yo. Al contrario", ha dicho.
Ha insistido tantas veces en las últimas horas en que no ha sido él, que ya sabemos todos que ha sido él.
El sábado un "Manifiesto por la regeneración democrática de España" ha pedido la convocatoria "urgente" de elecciones por la "regeneración política" y "ética" del PSOE "como un imperativo ineludible". Entre los firmantes, ni Vox ni PP, se encuentran los exministros del PSOE Jordi Sevilla, Virgilio Zapatero, Julián García Vargas, César Antonio Molina y Javier Sáenz de Cosculluela, los expresidentes del Senado Juan José Laborda y Javier Rojo, el filósofo Fernando Savater o el periodista Juan Luis Cebrián, entre muchos otros. En total, han rubricado el texto alrededor de 150 firmantes.
La semana ha concluido con el contubernio PSOE/ Junts anunciando que, a partir del 11 de setiembre, «La 2 de siempre se hará en catalán, la lengua propia de Cataluña» (bote de ansiolíticos para Jordi Hurtado por razones obvias).
El proceso continúa y se prevé que, en poco tiempo, solo queden "cuatro" españoles en la histórica España, provincia de Cataluña (capital, Barcelona).
La gran mayoría de españoles pasaremos a ser catalanes y exigiremos que esos "cuatro" residuales se nacionalicen como catalanes o sean expulsados en patera de "o Paissos Catalans".
Mi solícita vecina del noveno, médica de profesión, tuvo que practicarme la maniobra de Heimlich, para salvarme de un ahogamiento inminente por haber sufrido un ataque de risa ante el esperpento, justo cuando me estaba zampando un sándwich mixto cuatro estaciones (Lérida, Gerona, Barcelona y Tarragona). ¡Al carré...!
Menos mal que nuestro presidente es un subversivo, que preside un gobierno subversivo decidido a subvertir la ley, el orden, la economía y la sociedad para permanecer en el poder y que, en consecuencia, cuando todos estos corruptos de la banda sanchista de "13. Rue del Percebe" den por concluida la faena, quizás nos liberen saliendo de nuestras vidas, forrados, eso sí, impunes, bendecidos por el PP, todos bien colocados, procurando que sea otro socialista, como ellos, quien herede el mando para regalo a sus votantes y escarnio de disidentes defensores de "la ley y el orden".
Eso por no hablar de la multitudinaria manifestación de la justicia contra la pretensión del repelente ministro de Justicia y su antidemocrática "Ley Bolaños", o el sinuoso y vergonzante intento de comprometer a la Monarquía (supuestos audios en manos de la UCO, entre la Reina y el presidente, con final en República Dominicana, enmierdando más aún, si cabe, el pútrido cenagal socialista). ¿Sabemos quién ha sido?
Imperdible. Corre por los mentideros socialistas que el publicitado "100 años de honradez", ha sido sustituido por un nuevo eslogan del gobierno de la mafia monclovita:
"Confía en nosotros. Te ofrecemos protección contra nosotros".
Saludos cordiales.
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