Trump, enemigo de la humanidad
El yanqui enemigo de la humanidad.
Había una frase en el himno sandinista original que la gente veterana ha podido escuchar: "Luchamos contra el yanqui enemigo de la humanidad".
Dicen que el comandante Tomás Borge, en sus dotes de poeta, hizo aportes a ese canto, que en todo caso, como otros centenares de cantos revolucionarios, parece haber surgido de la creatividad de los hermanos Mejía Godoy.
Posteriormente al año 1990, entre los cambios sufridos en el FSLN, estaría también la eliminación de esa frase antiimperialista (y también los hermanos Mejía Godoy habrían de sufrir el exilio, junto a otro porcentaje altísimo de pobladores nicas, incluidos comandantes y comandantas de la revolución).
Aquella frase cantada millones de veces "sirvió" en la lucha revolucionaria, y ahora ¿cuánto de vigencia tiene para un mundo agredido por el yanqui?
Salvemos y separemos a los yanquis buenos. A los que se movilizan defendiendo derechos sociales, a los que se solidarizan a cuerpo, y pese a las represalias, con otros pueblos. Y quedémonos con los otros yanquis, los multimillonarios, el Trump, la industria militar, los nuevos colonialistas que nunca dejaron de serlo. ¿No son acaso el enemigo de la humanidad?
No han querido venir a la cumbre de Sevilla. ¿Para qué iban a venir?, ¿para evidenciar acaso su salida del mundo del derecho internacional, su abandono de cualquier compromiso con la emergencia climática, su hachazo a la UNRWA, a la Unesco, a la ONU, a la OMS; su decisión de hacer fracasar la Agenda 2030; su impronta de guerra en Irán, en Yemen, en Iraq, en Sudán, en la Palestina ocupada y destruida?
Pero sí estuvieron, y con toda su parafernalia de muerte, en la anterior cumbre en el país de los tulipanes, con su orden perentoria y matona de que los demás gastemos miles de millones en armamento y que se lo compremos a ellos.
Queda para vergüenza histórica el trato de sumisión y lameculismo que los otanistas europeos le dieron al matón, obedeciendo sin chistar y con entusiasmo su orden ejecutiva, que anula la soberanía, que elimina la dignidad como países, que somete la "sociedad del bienestar" a las bombas que se comprometen a comprar.
Por otros derroteros diferentes parecen embarcarse otros países, latinos, asiáticos, africanos, dejando sola a Europa en su locura militarista: países que han conocido y sufrido al yanqui y saben de sus infiernos.
El yanqui, lo que representa Trump como multimillonario representante de multimillonarios egoístas y destructores, cada vez es más el enemigo de la humanidad, a la que pretende destruir si no se lo impedimos.
Este 4 de julio felicitemos a los yanquis buenos, a los que se separan del exterminio palestino y exigen fin del genocidio, y condenemos a los yanquis malos (¿que se les atragante el pavo?), hasta que el "amanecer deje de ser una tentación".
"Mañana algún día surgirá un nuevo sol
que habrá de iluminar toda la tierra
que nos legaron los mártires y héroes
con caudalosos ríos de leche y miel".
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