Reducir la velocidad no es solo una cuestión de ruido, es una cuestión de civismo
En los últimos días, se ha generado una polémica innecesaria en Corvera por la decisión de bajar el límite de velocidad en la zona de Trasona de 120 km/h a 80 km/h. Mientras algunos vecinos se quejan, acusando a las autoridades de querer "recaudar" con radares, parece que olvidan algo fundamental: las normas están para cumplirlas, y esta, en concreto, tiene más sentido del que creen.
1. A menor velocidad, menos ruido (y no es discutible).
El artículo original menciona que "los coches suenan igual a 80 que a 100". Esto es falso. Un vehículo a 120 km/h genera mucho más ruido que a 80, no solo por el motor, sino por el rozamiento con el aire y el contacto con el asfalto. De hecho, estudios de la UE confirman que reducir la velocidad en autovías cercanas a zonas residenciales disminuye significativamente la contaminación acústica. Si de verdad les preocupa el bienestar de quienes viven cerca, ¿por qué protestan en lugar de adaptarse?
2. "¿Van a poner un radar? ¡Es por dinero!" ¿En serio?
El argumento de que esta medida es solo para "multar" es infantil. Las leyes no existen para que las obedezcamos solo cuando hay un policía mirando. Si una carretera pasa a ser zona de 80 km/h, la obligación es respetarlo, haya o no radar. ¿Acaso solo paramos en un semáforo en rojo si vemos una cámara? Esta mentalidad de "me vigilan = obedezco, no me vigilan = hago lo que quiero" es la misma que lleva a accidentes y a un incumplimiento generalizado de normas que están para protegernos.
3. 80 km/h es demasiado generoso: deberían ser 50, como en Oviedo.
Si de verdad queremos priorizar la seguridad y la calidad de vida, 80 km/h sigue siendo excesivo en una zona con pantallas antirruido y posible tráfico residencial. En muchas ciudades europeas, los límites en áreas similares no superan los 50 km/h, precisamente para reducir el riesgo de atropellos, la contaminación acústica y las emisiones. En la entrada a Oviedo, por ejemplo, ya se aplica este límite, y nadie lo discute. ¿Por qué en Corvera debería ser diferente?
Empatía y medios: ¿por qué solo se escucha a los quejosos?
Llama la atención que LA NUEVA ESPAÑA dé tanto espacio a quienes claman contra el límite de velocidad pero ignore a los vecinos que llevan años sufriendo el ruido y el peligro de una vía sobredimensionada. ¿Dónde están las entrevistas a las familias que por fin pueden dormir con las ventanas abiertas? ¿O a los peatones que ya no temen cruzar? Parece que en el periodismo actual solo es noticia el grito del enfadado, no la voz del que pide responsabilidad.
Conclusión: Menos quejas y más responsabilidad.
En lugar de buscar conspiraciones donde no las hay, los vecinos deberían entender que las normas de tráfico no son caprichos, sino herramientas para mejorar la convivencia y la seguridad. Si el problema es el ruido, bajar la velocidad ayuda. Si el problema es la seguridad, también. Y si, de paso, algún infractor es multado por saltarse la ley, no es "recaudación", es justicia.
Quizás, en lugar de resistirse al cambio, deberían preguntarse: ¿realmente necesitan ir más rápido, o simplemente les molesta que les obliguen a ser más responsables? Y a los medios, una reflexión: ¿no es hora de dar voz también a quienes defienden el bien común?
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

