Los científicos lo pasan pipa
Aunque sea realmente difícil eludir la vergüenza que suponen los casos diarios de atraco a los ciudadanos para lucro personal de altos cargos, supone un alivio mental distraerse con noticias y personajes de lo más peculiar, como es el caso.
Una percepción básica que resulta bastante obvia, es que, si a pesar del festín de los políticos, tienes bastante estómago para soportar (y gozar) comidas pantagruélicas y tirarte en el sofá, lo más lógico es que engordes e irremediablemente te conviertas en un canto viviente a la obesidad no deseada, cierto, pero hay una solución "científica".
Hago esta introducción porque un "viejo" conocido, el filósofo taiwanés especializado en bioética, Matthew Liao, que ya la lio buena en 2019, en San Sebastián, en el encuentro 'Emergencia climática', planteando una serie de medidas rompedoras que no todo el mundo se ha tomado con humor, plantea nuevamente su propuesta estrella que, como recordarán, fue la de modificar genéticamente a los humanos para conseguir que desarrollemos intolerancia a la carne, y así reducir la ganadería (dale con las vacas), que, en opinión de los calentólogos, es la madre de todas las contaminaciones.
Es decir, "obligar" a los humanos a que consumamos menos carne, haciendo que la población en general sea alérgica a su consumo, de lo que se encarga una garrapata (Lone Star, se llama), que al picarte inyecta una proteína que se llama alfa-galactosa y activa el sistema inmune.
A Matthew Liao le honra reconocer que nunca debe ser una modificación genética "obligatoria o forzosa", sino voluntaria e impulsada por "beneficios fiscales o ayudas a la asistencia sanitaria" (éste no conoce a María Jesús Montero).
Mira, es la primera vez que alguien propone una medida para mitigar el cambio climático que afecta solo a quienes se han vuelto locos con la propaganda comunista de los ambientalistas, y no a mí (hasta que se entere la Montero); si bien, a nadie se le escapa que tipos como el señor Liao (1,68 de estatura), dan la idea, y los gobiernos intransigentes y totalitarios como Sumar o Podemos, la recogen y aplican a su gusto.
Aunque a usted no le modifiquen genéticamente, los tratamientos necesarios para algo así acabarán saliendo de su bolsillo, no espere ni por un segundo que los activistas pongan un euro para que un equipo de médicos, expertos en droga dura, le generen de la noche a la mañana una intolerancia a la carne, tan perfecta, que le salgan ronchas solo con ver un anuncio de hamburguesas.
Otras ideas esperpénticas del señor Liao que no han dejado a nadie indiferente, con propuestas peregrinas que él ha bautizado como "creativas", y que han puesto los dientes largos a Elon Musk, son:
1.-Utilizar fármacos como la oxitocina, que potencien la inteligencia y la empatía "para que la gente sea más colaborativa y bondadosa".
2.-Modificar el ojo humano para desarrollar una visión nocturna para humanos, como la de los gatos. ¡Se ahorraría muchísima energía!
3.-Modificar a los humanos en un laboratorio para que sean más bajitos. Está comprobado que los altos gastan más energía, necesitan más comida, gastan más combustible para transportarse de un sitio a otro, usan más tejido en la ropa y, además, viven menos. Ser pequeño es más respetuoso con el medio ambiente. Piénselo cuando se cruce con el flatulento, cálido, acogedor y diminuto vecino del 5º.
Se empieza con estás sugerencias pseudoeugenésicas y se acaban montando campos de concentración y crematorios para "freír" (a impuestos) a todos los amantes de la carne roja, a los altos, los antipáticos, los miopes y... hasta los vegetarianos, claro, porque si la ganadería es herbívora y emite gases de efecto invernadero, lo mismo harán los vegetarianos ecológicamente sostenibles.
Ahora, no me diga que no ha llegado a pensar por un momento que la banda de cenutrios estafadores, amiguísimos de lo ajeno, no fue más que un mal sueño pasajero...
Pero volvamos a la realidad, que esto se pone interesante.
Saludos cordiales.
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