Debería denominarse violencia de convivencia
La carta enviada por Raúl Suevos "Nun la mató'l maríu" (LNE, 05/07/2025), referente al hombre de 90 años que acabó con la vida de su mujer de 86, y con patología cognoscitiva, atribuyendo la causa al fallo de una sociedad que se ha desentendido de quien no tiene capacidad para gestionar su situación personal, me parece muy acertada y debería hacer pensar a los que se manifestaron en ese caso contra la violencia de género, acusando al hombre, al no haber pensado antes que los responsables podrían ser precisamente ellos, los que se manifestaban, pero se entiende que no quieran desaprovechar esta oportunidad e incorporarla a las estadísticas. Escuché decir a una psicóloga: "No creo en la violencia de género, aunque existe, claro que existe". Está claro que en lo que no cree es en el modo en que se está afrontando esta realidad en la que se mezcla todo lo diverso a fin de obtener un producto final uniforme aunque irreal, pero que es el buscado, el deseado. Si en la violencia mal llamada de género no se tienen en cuenta las circunstancias de cada caso (patologías mentales, diferentes orígenes y permisividad ambiental y cultural provenientes de sociedades en diferentes estados de evolución, así como los problemas intrínsecos a cualquier convivencia, con consecuencias personales, sentimentales y económicas a veces destructivas para ambas partes, etcétera), no se está abordando el problema de fondo, reduciéndolo todo a medidas policiales y a enormes inyecciones de dinero sin auditar, y sacándolo a la fuerza de un contexto de la violencia general, o social (como si fuese ajena y extraña al resto de violencias), con lo que su conclusión final, sea la que sea, se acerca al cero casi absoluto, en valor real. Si las parejas convivientes estuviesen constituidas por dos hombres, compartiendo hijos, economía, sentimientos, intereses, personalidades diferentes... , mi convencimiento es que este tipo de violencia sería bastante mayor que la actual, y no se podría etiquetar como violencia de género. Y algo parecido ocurriría si esas parejas fuesen solo femeninas (siempre habría una físicamente más dotada que la otra). Por eso digo que esta violencia estaría determinada por la convivencia, y no por el género, y debería denominarse violencia de convivencia. Y a partir de ahí estudiar cada caso individualmente y relacionarlo con el resto de violencias sociales. Mientras tanto, seguiremos sin saber nada sobre este tema, porque el debate está censurado.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

