La Nueva España » Cartas de los lectores » Gracias desde La Felguera

Gracias desde La Felguera

17 de Febrero del 2011 - Rufino Roces García (La Felguera)

El refranero español, tan abundante y sabio en sus sentencias, tiene uno que, aunque muy popular, es de una precisión muy concisa y clarificadora: «Es de bien nacidos el ser agradecidos». Así pues no deseo que pase ni un día más sin mostrar mi público agradecimiento a cuantos de una u otra forma hicieron posible que saliese adelante en los difíciles momentos que padecí debido a la crisis cardiaca e intervenciones quirúrgicas a las que fui sometido en el Centro Médico de Asturias durante los últimos meses del pasado año y de las que me recupero mucho más lento de lo por mí deseado, pero con plena satisfacción.

En primer lugar, al Dr. Salinas Castro, por su rápido y certero diagnóstico que hizo posible la intervención sin demoras; y seguir con el cirujano Dr. Valle Castro y todo su equipo (anestesistas, ayudantes, etcétera) porque sus expertas manos y múltiples atenciones hicieron posible que ahora pueda contarlo. También tengo muy presentes a los doctores Richard, Samartín y Longo, así como a los demás especialistas que me atendieron con suma atención. A todo el personal de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de este centro hospitalario, que soportaron con paciencia infinita y cariño inmenso la «guerra» que les di; y qué decir de las supervisoras, enfermeras, ATS, celadores, etcétera, etcétera, de este sanatorio, y de manera muy especial al personal de la primera planta, que con una profesionalidad envidiable, sin perder la humanidad, más bien todo lo contrario, trataron que la recuperación fuese lo más rápido y menos incómoda posible. Y no puedo olvidar al personal administrativo, con todo mi afecto para Flor, por las atenciones que me dedicaron, lo mismo que hicieron los departamentos de analítica y radiografía, profesionales íntegros donde los haya; al Páter del Centro, D. Francisco Javier, que con su visita diaria trataba de contagiarme alegría. También y de manera muy personal y expresiva a mi más cercana familia, que no se separaron ni un momento de mi lado y que, con toda seguridad, sufrieron moralmente mucho más que yo físicamente, por ser conscientes de la gravedad de la situación, sabiendo ocultar o tratando de disimular la misma, para no transmitirme sus muchas inquietudes, las cuales pudieran dar al traste con la recuperación deseada.

Capítulo a parte, en este público reconocimiento, merecen las decenas de personas amigas que estuvieron pendientes de forma continua, personándose en el centro, aunque yo no podía recibir visitas, o a través del teléfono, de la evolución de mi enfermedad. Nunca jamás, ni a los profesionales del Centro Médico de Asturias, ni a mi familia ni a estos muchos amigos se lo agradeceré bastante. ¡Es imposible!

Cuando uno se encuentra en esos delicados trances, en los que compruebas lo insignificante que somos, siempre dependientes de alguna persona para hacer el más simple movimiento y te das cuenta, con suma nitidez, que esta vida es un tránsito rapidísimo en nuestra existencia, compruebas con claridad meridiana el valor supremo de la amistad, la solidaridad y la trascendencia del perdón. En aquellos momentos difíciles, en los que mentalmente repasas como en un flash el transcurso de tu vida y vas preparando el equipaje para el viaje sin retorno, te preguntas: ¿cómo es posible que seamos tan egoístas, no cuidemos los amigos y no sepamos perdonar los agravios? Yo puedo decir ahora, con gran satisfacción, que he perdonado totalmente a cuantos en algún momento de mi vida me han ofendido o insultado, incluyendo a los que con su actitud hicieron posible el agravamiento de mi dolencia, y, como es natural, solicité al Sumo Hacedor benevolencia para mis faltas y deslices que como humano tengo, y con toda seguridad muchos más de los convenientes, y a la vez fuerza y valor para tratar de redimirme. Volviendo a insistir, con toda humildad y franco aprecio, que reitero mi reconocimiento sincero por el impagable apoyo recibido de todas estas personas antes citadas; probablemente sin éste las cosas habrían discurrido por otros derroteros bastante menos favorables. Muchas, muchísimas gracias.

Cartas

Número de cartas: 45931

Número de cartas en Septiembre: 35

Tribunas

Número de tribunas: 2081

Número de tribunas en Septiembre: 3

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador