El derecho al descanso en Ramón y Cajal
Soy Cristina Díaz, vecina de la calle Ramón y Cajal, en Oviedo. Vivo con mi madre, una persona mayor con deterioro cognitivo. Desde que la calle se peatonalizó, sufrimos ruido constante y aglomeraciones que nos impiden descansar y hasta abrir las ventanas.
La Policía Local dice que no puede actuar porque estas concentraciones están "consentidas". Mientras tanto, no dudan en multarme cuando paro unos minutos para ayudar a mi madre a bajar del coche.
El problema no es la hostelería en general: convivimos sin problemas con un bar bajo nuestra casa desde hace diez años. El conflicto viene de un local concreto que permite el consumo masivo en la vía pública, ocupa espacios no autorizados y convierte el muro de la Universidad en un botellón permanente, lleno de ruido y basura.
Lo más grave es la impunidad con la que actúan sus clientes, que no son adolescentes, sino adultos y profesionales, que se comportan con absoluta falta de respeto. Se sienten dueños de la calle, increpan a conductores, dejan suciedad y no cumplen ninguna norma.
Solo pedimos que se cumpla la normativa y se proteja el derecho al descanso. No pedimos nada especial, solo respeto y convivencia.
Oviedo no puede ser una ciudad donde unos pocos decidan y los vecinos paguemos las consecuencias.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

