¿Se puede hacer algo más por nuestros jóvenes?
Ser positivo y positivista no es lo mismo, y ser realista tampoco es negativo, de otro modo no habrá respuesta a lo que nos está pasando. Entre otros dramas actuales, el suicidio es la tercera causa más frecuente de muerte en las personas de 15 a 29 años a nivel mundial. Es una de esas noticias que pasan enseguida al último plano, ¿por qué?, porque estamos huyendo de todo, imbuidos en lo nuestro hasta que... lo nuestro es la depresión de nuestro hijo. La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave con la pérdida de interés en realizar diferentes actividades, afecta los sentimientos, pensamientos y el comportamiento, y provoca problemas emocionales, funcionales y físicos.
Según parece no estamos muy preparados para ver venir los problemas que nos cercan, sobre todo en el plano de los primeros responsables quizá como padres o profesores. La cuestión no es afrontar el problema cuando ya se ha desarrollado, sino tener un programa, un método, una previsión; eso si nos importan los seres humanos, al menos aquellos más dependientes de nuestra ayuda. La idea es: entender cómo funciona el ser humano, y así tratar una depresión al primer síntoma. Yo siempre he pensado que el corazón no era un órgano sin relación directa con la mente, y hoy ya está más que demostrado. "El corazón del justo medita para responder" (Proverbios 15:28). El corazón tiene neuronas y puede procesar emociones, la "conexión emonergética" (unión entre emociones y energía), es una de las fabulosas funciones más complejas del universo.
Aún nos sorprende que los sentimientos tengan su origen principal en el cerebro, específicamente el sistema límbico. Si sabemos esto es más fácil ayudar a los jóvenes a construir sentimientos hacia la verdad, la justicia, el respeto, el amor por los demás y por uno mismo. Y ayudarles a no ser engañados por el bullying, las redes, la droga, las relaciones sexuales que llevan al bebé a la basura, la violencia, el robo de viviendas y el fracaso total como persona.
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