Delincuencia disparada y promovida
En una sociedad enferma, como la nuestra, en la que si un joven nacional es asesinado por migrantes, suele reinar un silencio ensordecedor, y si un policía dispara a un invasor violento, miles de izquierdistas empáticos y simpatizantes de la diversidad, se manifiestan contra la "violencia policial racista" (Ione Belarra dixit), es muy difícil decantarse por una u otra opción sin que te etiqueten como un extremista peligroso y asocial.
Mientras las autoridades de nuestro país, o de otros lugares, tengan demasiado miedo de tomar medidas contra los transgresores violentos, no importa el color de su piel, ni su creencia religiosa, ni su procedencia (inmigrantes o nativos), no importa, seguirán "in crescendo" haciendo lo que les dé la gana.
Por supuesto, los ricos quieren mano de obra barata y viviendas caras, pero también quieren agitadores nativos ahogados en un mar de personas que no hablan el mismo idioma.
Tanto socialistas como populares y políticos en general necesariamente deberían adaptar sus políticas para atraer a una inmigración viable de grupos étnicos extranjeros y así seguir siendo elegibles electoralmente, sin tener que recurrir permanentemente al ping pong del racismo, la xenofobia y el "tú más".
A los progres que tienen como único argumento que "nosotros también fuimos emigrantes", recordarles que los españoles emigraban a Suiza, Bélgica o Alemania con la connivencia del Estado, de forma legal, contrato de trabajo, sin antecedentes penales, con visado, pasaporte y reconocimiento médico. Además, no podían elegir dónde vivir ni en qué clase de alojamiento.
Particularmente, como la gran mayoría de los habitantes de este país, soy tolerante y estoy dispuesto a ser razonablemente inclusivo, partiendo de la base de que no necesitamos que estudiantes extranjeros, ni emigrados, vengan aquí a librar sus guerras y destruir culturas. Ya hay suficientes ciudadanos debatiendo las guerras de Israel en público.
Dicho esto y a pesar de los sucesos recientes de Torre Pacheco (me huelo que provocados), soy de la opinión de que en España aún estamos a tiempo de hacer una búsqueda proactiva de extranjeros afines, colaborativos y pacíficos, que deseen venir a participar de nuestra sociedad, en vez de a socavarla.
Tal vez conozcas a una familia de inmigrantes buena, decente, honrada y trabajadora. Yo sí, y está muy bien, pero a nadie se le escapa que la inmigración es causada, fomentada y mantenida por las élites de derecha e izquierda por razones "prácticas" muy simples: aumenta la cantidad de empleos, reduce los salarios, aumenta los alquileres, causa escasez de viviendas, perturba las comunidades e impide cualquier posibilidad de organización, sindicalización o solidaridad.
Es posible que un grupo inmigrante se asimile a la cultura de su país de acogida, al menos temporalmente, y adopte sus normas y estándares (suponiendo que cuente con los incentivos suficientes para hacerlo), pero a largo plazo existe una tendencia a la reversión a la media del comportamiento predeterminado de su grupo.
Según los estándares más comunes, la primera generación se "asimila" fácilmente, pero la segunda generación se desasimila y cada generación subsiguiente sigue siendo un "estado dentro del estado" desasimilado, un lastre para la economía nacional y una plaga para la sociedad civil.
En Francia, por ejemplo, los inmigrantes africanos han llegado para ocupar trabajos de baja categoría, que la primera generación suele realizar con diligencia y gratitud, con escasa participación en delitos.
Sin embargo, los hijos de estos inmigrantes no se conforman y no solo están dispuestos a realizar los mismos trabajos de baja categoría, sino que además carecen de la cultura, preparación y nivel necesarios para el trabajo académico o técnico, por lo que no alcanzan el éxito en la mayoría de las profesiones tradicionales. En consecuencia, conforman una subclase delincuencial permanente, descuidada y sin recursos.
En términos generales, los negros "sobresalen" en la violencia desorganizada (violaciones y asesinatos al azar), los blancos en la violencia organizada (guerra) y los hispanos en la violencia semiorganizada (guerras de pandillas y actividad de los cárteles).
He llegado a deambular por ahí con ganas de pegarme con alguien creyendo que todos los que veo están pirados, que todos los que veo son una amenaza potencial y que todos los que veo son tontos como una caja de piedras, y es que, aunque la gran mayoría de los españoles somos, ya digo, tolerantes e inclusivos, el riesgo de disturbios internos se extiende ya por toda Europa, especialmente si el gran descontento que ya prevalece en las poblaciones afectadas, se ve alimentado por un colapso económico en curso.
Menos "Alianza de civilizaciones" y más naciones diferentes para pueblos diferentes. Es la solución de siempre, racional, de eficacia comprobada, a la que debemos volver si queremos que la civilización y las naciones occidentales sobrevivan.
Saludos cordiales.
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