Mieres, símbolo de una tierra olvidada tras la mina
Hace poco escuché con atención una entrevista al actual alcalde de Mieres. Y debo decirlo con claridad: me dio esperanza. En un tiempo donde la política aburre o decepciona, encontré en él una persona sencilla, cercana y, sobre todo, con ideas y compromiso para esta tierra nuestra que tanto ha dado... y tanto ha perdido.
Las cuencas mineras como Mieres, Aller, Nalón o Cangas del Narcea fueron, durante décadas, el motor que alimentó la cocina, la industria, el transporte y la calefacción de toda España. El carbón asturiano dio riqueza al país. Pero ese progreso se pagó muy caro aquí: con la vida, la salud y el sudor de miles de mineros que trabajaron en condiciones durísimas, insalubres, peligrosas. Y ahora que ya no se extrae carbón, el silencio que queda es aún más doloroso.
El fin de la minería no ha traído la transición justa que se prometió. Todo lo contrario. Desde el gobierno central se anunciaron inversiones millonarias en energías limpias para reactivar la economía de las cuencas. Pero la realidad es muy distinta. Mientras se reparten concesiones y prebendas a comunidades que ya son ricas como Cataluña -por mero cálculo político-, aquí en Asturias seguimos esperando. Seguimos olvidados.
La ministra Teresa Ribera, que tanto prometió para nuestra tierra, hoy está en Europa hablando de transición ecológica, pero aquí ni transición ni ecología: solo abandono. Y el gobierno asturiano, con Adrián Barbón al frente, no ha sabido -o no ha querido- plantar cara. Parece más una sucursal de Pedro Sánchez que un gobierno al servicio de los asturianos.
Mieres es el reflejo de lo que está pasando. Sus calles ya no están cubiertas de carbón, pero tampoco rebosan vida como antes. Ahora están limpias, sí, pero llenas de bajos cerrados, bares vacíos, persianas bajadas y caras tristes. La población envejece, y cuando se vayan los prejubilados y jubilados, quedará un paisaje de miseria, como el de antes del carbón. Porque, seamos claros, esta tierra no tiene base agrícola, ni ganadera, ni suelo industrial. Su riqueza estaba bajo tierra. Y ahora, ni eso.
Por eso me gustó escuchar al alcalde de Mieres. Porque da la cara. Porque propone. Porque no se resigna. Así se empieza a hacer política de verdad: escuchando, actuando, presentando ideas, aunque no todo dependa de él.
Asturias merece reparación. Las cuencas mineras merecen futuro. Y necesitamos líderes valientes que lo exijan, no gestores obedientes que lo aplaudan todo. Ojalá haya más políticos como el alcalde de Mieres, comprometidos con su gente y con su tierra.
Gracias, alcalde. Siga así. Tiene mi apoyo, porque se lo ha ganado.
Las cuencas mineras: del motor de España al olvido.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo