Ser ateo por castigo divino
Empiezo por reconocer que todo lo que está aconteciendo en Moncloa es subestimado por aquellos de nosotros a quienes nos gusta un poco de humor mezclado con nuestra política, lo que explica que, particularmente, adore a los hermanos Sánchez Pérez-Castejón, Pedro y David, por su inestimable aportación intelectual y cultural a nuestra depauperada sociedad hispana, aunque, por otra parte, lamente profundamente que Pedro se declare ateo, por lo que incluso ofrezco en penitencia comerme un pato pekinés, sin estar seguro de si es un murciélago o un perro callejero, con tal de que se produzca el milagro y cambie de opinión.
El Presidente, según ha confesado públicamente, es ateo, ateo a secas, porque no puede creer en otro dios que no sea él mismo, quede claro. Jesucristo le haría una competencia inadmisible a su egolatría.
Seguro que a usted no le sorprende que un supuesto estudio estadístico haya reflejado este hecho sumamente alarmante: el 95% de los políticos se declaran ateos.
El comité de "expertos" monclovita ha hecho un sobreesfuerzo y, tras un análisis detallado de la muestra, ha conseguido descubrir la causa: a estos humanoides mononeuronales que defecan puntualmente y con corrección les resulta imposible creer que, después de esta vida (la suya), pueda existir otra mejor, como anunció Jesucristo.
Ahora bien, no me cabe duda de que si Pedro, en vez de ateo, fuera creyente y confiara en Dios, prescindiría de su seguridad personal, podría estar en la calle sin que le insultaran, ir a Paiporta sin salir corriendo, o a un congreso de Vox sin un solo guardaespaldas, sin un coche blindado, sin una maldita medida antibombas lapa.
¿Y eso por qué? Pues pura lógica, oiga. Hay que considerar que las tonterías desconciertan al cerebro, y, en un mundo sin Dios, la vida se vuelve desechable, cuando debería ser sagrada, y poco o nada importa que el Presidente, por más que se blinde por tierra, mar y aire, se considere a salvo. Si creyera en Dios, sabría que si Dios así lo quiere, por más blindados que estén sus paseos, al "Presi" lo liquidan sin remedio, vaya que sí.
Por el contrario, si fuera creyente y devoto, nuestro presidente sabría que si Dios no quiere, si a Dios no le apetece, a él no lo mata ni una falsa creyente con una kalashnikov, confundida entre una turba magnicida antihispana y anticatólica.
No es un detalle menor que el presidente Zapatero (agnóstico) invitara al líder de la oposición, Rajoy (entre católico y agnóstico, como buen gallego), a ir con la delegación española al funeral del Papa Juan Pablo II.
La teoría de que todo es una teoría es absurda, por eso teorizo que alguien se tenía que saber al menos el padrenuestro y no hacer el ridículo en Roma, motivo más que suficiente para que Sánchez, prácticamente el único primer ministro europeo que no estuvo presente en el reciente funeral del Papa Francisco, hiciera causa común con los Putin, Xi Yin Ping, Netanyahu o Sheinbaum, y se quedara en casa mirándose al espejo, haciendo yoga y meditando por qué en cuatro días (un decir), justo desde que la UCO y algunos jueces han destapado el plan mafioso para destruir el Estado, ha envejecido diez años.
¿Estrategia fallida la empleada en succionar al Estado? Lo lamento, Pedro.
No hay estrategia que valga cuando el Gobierno es totalmente corrupto. El sistema de partidos políticos no puede tener una estrategia, porque a los políticos se les paga para robarle al pueblo y, por lo tanto, actúan solo en el presente.
El resultado es un sistema en el que el Gobierno ya no gobierna. Procesa. Como la comida procesada. Es veneno y te hace daño.
Con groseras excepciones, la mayoría de los ciudadanos pensamos en términos de lo correcto y lo incorrecto, tenemos un código moral, y esto no ocurre con un Gobierno inane que reparte cargos a diestro y siniestro, que ni se sonroja cuando se destapan escándalos, mordidas, ocultismos, favores, sobresueldos o "señoritas de compañía" bien conectadas, además de convertir a España en una cloaca progresista que haría sonrojar a Sodoma y Gomorra.
Pero, así y todo, ahora que hasta los bulos se están convirtiendo en prosti-bulos, las santurronas de turno te recordarán que esto, Pedro, solamente te pasa por... ser ateo. Hala, con Dios.
Saludos cordiales.
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