La pasividad nos hace débiles
Hay una diferencia apreciable entre juzgar reflexivamente a este Gobierno y actuar como un miembro bufonesco de una galería de aplausos con esteroides cada vez que Pedro Sánchez aparece en escena en el teatro socialista.
Se puso de manifiesto recientemente cuando rostros PSOE de socialistas conocidos y reconocidos estamparon su rúbrica en la misiva al Presidente, cargando contra "la prórroga injustificada de los Presupuestos Generales del Estado, la progresiva marginación del poder legislativo, el reiterado incumplimiento de los compromisos electorales, el deterioro del Estado de derecho, el ejercicio discrecional del poder ejecutivo, la ocupación de los órganos de control del Estado, las negociaciones opacas sobre una ley de amnistía a medida de las exigencias de un prófugo de la justicia y la alarmante falta de transparencia en la gestión pública".
Ni los del PP ni los de Vox, los socialistas.
El Gobierno de Sánchez ha introducido diversas reformas legislativas con resultados indeseados. Por citar algunos:
La ley "solo sí es sí" benefició retrospectivamente a más de 1200 agresores sexuales convictos.
La reforma del Código Penal (23 de diciembre de 2022) reduce las condenas vinculadas a un tipo de malversación y suprime el delito de sedición.
La ley de amnistía exime de presuntos delitos cometidos entre 2011 y 2023.
En 2022 se otorgó un indulto parcial a María Sevilla, declarada culpable de retener indebidamente a su hijo y ocultarlo de su padre.
En 2024 el Tribunal Constitucional anuló una condena judicial contra Manuel Chaves y Antonio Griñán por los delitos de corrupción del caso ERE.
Cada nuevo día vemos cómo la lista de presuntos delincuentes, todos imputados, crece exponencialmente, acercándose peligrosamente a lo más alto de la pirámide.
Nuestro presidente es un subversivo que preside un gobierno subversivo decidido a subvertir la ley, el orden, la economía y la sociedad.
Muchos le ven como el anticristo trabajando con el diablo Bolaños. No es conveniente esta visión porque vivimos en España, que es el vientre de la bestia.
Entretanto, debemos ser conscientes de nuestro propio papel en el sistema y reconocer que, si el sistema es tan corrupto como decimos, esperar a que alguien lo arregle es pura magia. Necesitamos involucrarnos críticamente, no pasivamente. Quizás podamos recuperarnos enviando a Ucrania a todos los políticos idiotas "útiles" a la vez.
El momento más peligroso para cualquier movimiento es cuando la crítica legítima se replantea como deslealtad a un líder. Este patrón de defender a los líderes por encima de los principios es exactamente como otros movimientos fueron cooptados.
Así que dejemos de idolatrar a los héroes de hojalata y empecemos a reaccionar ante lo que esta gente realmente hace. «Por sus frutos los conoceréis».
Saludos cordiales.
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