Uribe condenado. Golpe a la impunidad en Colombia
La condena contra el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez por intentar engañar a la justicia es histórica y es un avance en calidad democrática. Comprar testigos -o quitarlos del medio- es uno de los delitos menores de este personaje nefasto.
Falta que responda ante la justicia por crímenes de lesa humanidad y por sus vínculos con bandas de narcotraficantes y de paramilitares: 6.402 ejecuciones extrajudiciales, las masacres de El Aro y de La Granja, miles de desaparecidos, millones de hectáreas de tierras despojadas con violencia al campesinado, corrupción al elector, muertes de testigos, millones de desplazados, corrupción de miles de millones de dólares para sus amigos y familiares... Todo un prontuario criminal bajo la manta de la derecha política y de los monopolios de información.
Colombia da un paso en el camino de acabar con la impunidad en la que se mueven envalentonados los grandes ladrones de lo público, los plutócratas y sus socios los traquetos mafiosos de cuello blanco.
El delito de generar terror de Estado está impune, y decenas de miles de víctimas de los crímenes cometidos por la fuerza pública bajo el mando de Uribe esperan justicia... Y la tendrán, porque Colombia se cansó de matones y de corruptos que mandan a callar o desviven con impunidad a quienes los señalan.
La valiente jueza 44 penal de Bogotá, Sandra Liliana Heredia, acaba de dar la razón a otra mujer valiente, la fiscal Marlene Orjuela: Uribe delinquió tratando de incriminar al senador de izquierda Iván Cepeda y pretendió comprar testigos para engañar a la justicia.
La sentencia con detalles la conoceremos el próximo viernes.
Colombia da un paso histórico al rescatar la justicia del pantano de la impunidad para las élites.
La impunidad estructural se lleva un gran golpe. En Colombia se fortalece la esperanza.
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