Los curriculistas
Hace poco saltaba a la palestra un tema que ha traído cola: la veracidad de un curriculum vitae. Los sectores políticos ahora están enzarzados en esta cuestión.
No cabe duda de que un curriculum vitae refleja la formación académica o trayectoria laboral de una persona. A la mayoría le deslumbra leer una Universidad de prestigio o un máster de alta cualificación. En general, cuanto más amplio es un curriculum, mayores admiraciones despierta.
Pero, por encima de una larga lista de datos, están la propia realidad y los hechos, que no necesitan justificaciones. Porque, aunque sea verdad que alguien tenga tres carreras, cuatro másteres y un puñado de reconocimientos y condecoraciones, esto no se sostiene si uno no demuestra que conoce a fondo la materia o afronta cabalmente la adversidad ante asuntos de vital importancia.
Estas noticias sobre el curriculum me recuerdan la "titulitis", algo que prima y condiciona a veces en exceso. Tanto es así que el simple expediente y la burocracia de marras acaban torciendo el objetivo.
Sea en el terreno que fuere, para mí no hay nada más creíble en una persona y un profesional que estas tres cosas: honradez, eficiencia y compromiso.
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