Opositar, ¿merece la pena?
A día de hoy podría parecer que todo aquel que apruebe una oposición a un organismo público tiene su puesto de trabajo asegurado para un futuro, quizá debido a eso, o quizá debido al pobre mercado laboral, la gente joven tiende cada vez más a ver en las oposiciones una salida digna y segura a su futuro laboral. Desde luego que para ello deberán dedicar esfuerzo, tiempo, dinero, ilusión y ganas para conseguirlo... pero si lo consiguen, no esperan que un día el Gobierno de su país les tire por tierra todo su esfuerzo y anule su condición de empleados públicos, dejándoles otra vez en manos de empresas privadas que, claro está, buscarán la máxima rentabilidad, y ese puesto de trabajo que nuestro opositor creía ganado de manera legal peligrará.
Y todo lo anterior sucederá ya, cuando el Gobierno apruebe la privatización de AENA. Nuestra AENA, la de todos, la que genera desde hace años grandes beneficios, y que engloba además de a los controladores a casi 10.000 trabajadores que no tienen nada de privilegiados, que cobran un sueldo normal, que han hecho que los aeropuertos funcionen de manera ejemplar, que nunca han sometido al pueblo español a una huelga salvaje, ni mucho menos a ningún chantaje... y que no han tenido ni voz ni voto a la hora de decidir realizar faraónicas obras, T-1 Barcelona, T-4 Madrid... que han supuesto la brutal deuda de casi 14.000 millones de euros que acumula AENA. Deuda que se amortizaría en poco tiempo si dejáramos AENA tal como está, siendo pública. Tal es la capacidad de generar ingresos que tiene la red de aeropuertos.
¿Es este el mensaje que nuestros políticos quieren dar a los jóvenes que, a día de hoy, están en las academias preparando una oposición? ¿Nos sorprenderemos cuando las estadísticas nos cuenten que miles de jóvenes españoles están buscando ya una salida fuera de nuestro país?
Señores políticos, sean ustedes serios y si no son capaces de reconocer su incapacidad para controlar la deuda, y necesitan dinero, al menos no hagan que, una vez más, salga del sacrificio de los trabajadores. Y ustedes, señores sindicalistas, ¿no deberían estar en estos momentos luchando por los derechos de los trabajadores de AENA?
Y acabo con la misma pregunta con la que empecé: Opositar, ¿merece la pena?...
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