Subvertir la realidad con relaciones públicas
EE UU mata a 225.000 estadounidenses al año (muertes iatrogénicas): 106.000 por medicamentos aprobados por la FDA (estimaciones conservadoras) y 119.000 por maltrato y errores en los hospitales, sin tener en cuenta la muerte o lesiones por efecto de las vacunas. Extrapole los números a una década: eso representa la exorbitante cifra de 2,25 millones de muertes.
Los medicamentos son uno de los peligros más importantes para los humanos como resultado de la actividad humana. "Simplemente, ya no es posible creer gran parte de la investigación clínica que se publica, o confiar en el juicio de médicos de confianza o en las pautas médicas autorizadas".
Las ONG financiadas por la industria, descontentas con el poco impacto de las novedades médicas, se quejan de que el problema real es que las compañías farmacéuticas no tienen habilidades en relaciones públicas y que se necesita una "mejor comunicación" para educar a las personas sobre los beneficios de los ensayos clínicos y nuevos medicamentos.
Es decir, a la industria farmacéutica, sociópatas empedernidos que no se estremecen ante el sufrimiento y el alto número de muertes resultantes de su loca búsqueda de beneficios materiales, con un historial de 100 años cometiendo casi todos los delitos imaginables (si exceptuamos robos a bancos e incendios provocados), le parece suficiente con recomendar a sus pacientes "víctimas" que se atengan a cumplir el protocolo basado en tres puntos:
1) Tomar sin rechistar el medicamento recetado, que tiene, por supuesto, efectos secundarios nocivos;
2) Para combatir estos efectos secundarios, tomar medicamentos recomendados, que a su vez tienen efectos secundarios, y
3) Tomar sin rechistar el medicamento que tiene efectos secundarios nocivos, repitiendo la secuencia una y otra vez (cronificando el procedimiento y el negocio).
El departamento de relaciones públicas, hiperconscientes de que, efectivamente, no es comparable el uso de medicamentos con efectos secundarios devastadores (incluso en dosis bajas) con el uso de sustancias nutricionales naturales concentradas, toma el mando para subvertir la realidad y hacer ver que puede ser diametralmente distinta con dos históricos ejemplos:
Ejemplo 1.- Tal vez recuerde que, en la época del movimiento por el sufragio femenino, en Reino Unido fumar se consideraba un hábito sucio y nocivo, para el que las mujeres eran demasiado limpias y puras.
La industria tabacalera, mirando por su negocio, pidió a Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, que rompiera ese tabú social, y el "sobrinísimo" inventó un plan que bien podríamos llamar: "Normalización del tabaquismo en la población femenina".
En la siguiente gran marcha por el sufragio femenino, contrató actrices para que se unieran a los manifestantes y fumaran cigarrillos, llamándolas "antorchas de liberación".
Sus fotógrafos, colocados en la protesta, lograron llenar los diarios de la época con imágenes icónicas de estas "antorchas de liberación", que inmediatamente fueron adoptadas por el movimiento como signo de liberación. En un abrir y cerrar de ojos consiguió su objetivo de cumplir el mandato de las tabacaleras, gracias a las relaciones públicas.
Ejemplo 2.- La primera guerra del Golfo ocurrió porque Sadam Hussein (anteriormente un aliado estadounidense al que habían armado para luchar contra Irán) invadió Kuwait, y la guerra se libró para liberar a Kuwait, con el permiso de Estados Unidos para hacerlo.
El público estadounidense no quería una guerra, por lo que la industria de las relaciones públicas se movilizó para vender la guerra.
Se llevó a cabo una audiencia en el Congreso sobre las atrocidades de Sadam Hussein contra los kuwaitíes y un testimonio televisivo para todo el mundo de una adolescente, Nayirah, bañada en lágrimas, denunciando a soldados iraquíes arrasando hospitales, "sacando bebés de las incubadoras y dejándolos en los pisos fríos", encogió el corazón de millones de televidentes, una vez que fue repetido por un sinfín de funcionarios electos.
Se consiguió el objetivo perseguido, pero lo impresionante del caso fue que nada de eso había sucedido y la verdad se supo mucho después de que la guerra terminara.
La joven Nayirah resultó ser la hija del embajador de Kuwait en EE UU, y había sido entrenada, con éxito evidente, por una firma de relaciones públicas para representar esa tragicomedia.
Hágase la prueba para mantenerse seguro y mantener seguros a los demás y alégrese de que nuestros amigos de la industria farmacéutica hayan llegado, por fin, para salvar el día con este emotivo anuncio: "Realice una evaluación de riesgo de cáncer: comprender los riesgos de cáncer es más fácil de lo que cree. Responda el cuestionario hoy mismo". (Pfizer)... ¡Y aténgase al protocolo!
Saludos cordiales.
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