En Colombia la justicia abre paso a la esperanza
"El derecho no puede temblar frente al ruido y la justicia no se arrodilla frente al poder", Sandra Liliana Heredia, jueza 44 penal de Bogotá.
Cuando en Colombia una jueza de la república condena a pena de pérdida de la libertad al expresidente Álvaro Uribe Vélez por intentar engañar a la justicia sobornando testigos, está reafirmando el principio de que en una democracia nadie está por encima de la ley.
Uribe forma parte de las élites que por décadas han usado métodos ilegales para aumentar su poder económico y político. El país de a pie, acostumbrado a la impunidad, estaba convencido de que la justicia solo era para los de abajo. Hasta que llegó este fallo que sanciona a un "intocable" devolviendo a la ciudadanía la confianza en que la justicia puede funcionar, investigar, discernir y atribuir responsabilidades sin dejarse sobornar ni amedrentar por el poder, incluso cuando es tan peligroso como el que rodea y protege a Uribe.
El fallo histórico de la justicia colombiana que condena al expresidente Uribe Vélez genera un precedente necesario a tener en cuenta por unas élites acostumbradas a manejar el país como si fuera su finca, al chorro de dinero de los negocios ilícitos y de la corrupción, a ejercer poder político corrompiendo o forzando electores y a concentrar poder territorial mediante el despojo violento e impune de las tierras del campesinado.
La condena en primera instancia al expresidente innombrable desató la indignación de la derecha política colombiana y la de personajes del Partido Republicano y del Departamento de Estado de Donald Trump en los Estados Unidos, enloqueció a periodistas célebres por usar los micrófonos de los monopolios mediáticos para difamar a la izquierda y para intoxicar a la opinión pública, alebrestó a la delincuencia de cuello blanco -incluidos los hijos de Uribe- acostumbrada a disponer de lo público con impunidad absoluta.
La reacción de la caverna contra la justicia pone en alto riesgo la vida de las dos valientes mujeres que llevaron el proceso, la jueza 44 penal de Bogotá Sandra Liliana Heredia y la fiscal Marlene Orjuela, y compromete la seguridad de los magistrados que aboquen la solución de los recursos que prevé la ley en la segunda instancia.
Toda nuestra solidaridad para ellas y para los operadores de la justicia que mantienen su independencia frente a los poderosos a riesgo de su vida.
La retaliación por aplicar la justicia a Uribe Vélez amenaza también la vida y la honra del senador de izquierda Iván Cepeda y la de sus abogados. El senador Iván Cepeda es hijo del senador de la Unión Patriótica Manuel Cepeda Vargas, asesinado en 1994 en Bogotá por militares y paramilitares. Cepeda es un hombre honesto que perseveró por muchos años exigiendo que la justicia funcionara. Es el mismo propósito de las familias de las víctimas de crímenes muy graves cometidos con responsabilidad de la Jefatura del Estado como la ejecución extrajudicial de 6.402 jóvenes civiles asesinados por el Ejército Nacional cumpliendo órdenes de Uribe, que exigía a las tropas bajo su mando "litros de sangre" para aparentar éxitos en la lucha contra las guerrillas.
A Uribe Vélez le esperan cerca de doscientos procesos penales más por crímenes de guerra, tan graves por sistemáticos y masivos que no prescriben con el paso del tiempo, también por sus vínculos con los carteles del narcotráfico, además por ordenar la muerte en masa contra pueblos enteros, como ocurrió en las masacres del Aro y de La Granja, o la desaparición forzada de medio millar de jóvenes de la Comuna 13 de Medellín, asesinados bajo sus órdenes, y los cuerpos botados en La Escombrera, lugar en el que empiezan a encontrarlos sus madres.
Desde Asturias expresamos de manera pública todo nuestro apoyo a la jueza y a la fiscal del caso Uribe. Toda nuestra solidaridad para el senador Cepeda y sus abogados, nuestra admiración por la gente honrada que es mayoría, que construye democracia, justicia, decencia y futuro en medio del peligro.
La hermosa y diversa Colombia saldrá del pantano de la violencia si logra superar el mal ejemplo por la impunidad de la que goza su plutocracia, si genera equidad y se reafirma en que el país no es una finca de nadie -ni de Uribe ni de los gringos- y que nadie está por encima de la ley.
Colectivo de Colombianos/as Refugiados en Asturias "Luciano Romero Molina". Soldepaz Pachakuti.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

