En memoria de David Villaverde, el amor de mi vida
Para quienes conocieron a David no hace falta decir mucho, pero para quienes no tuvieron la suerte de cruzarse con él, quiero contarles quién era realmente. David era la persona más buena que he conocido en toda mi vida. Tenía el corazón más hermoso, los ojos más azules que jamás vi y, sobre todo, la sonrisa más constante. Siempre llevaba una sonrisa en el rostro, era imposible verlo enfadado. A veces era yo quien me enfadaba porque él jamás perdía la calma ni el buen humor. Era una fuente inagotable de energía positiva, la luz que iluminaba mi vida y el amor de mi vida.
Me quiso como nadie me ha querido y como nadie más podrá hacerlo jamás. La vida me ha golpeado con dureza al llevárselo tan pronto, con solo 35 años. No sé cómo seguir adelante, pero si hay una luz que me guía es él: su sonrisa, sus ojos y todo lo que compartimos juntos.
No hay nada positivo en su partida, pero sí un gran orgullo al ver cuánto le querían, cuánto le admiraban y cuánto me quieren a mí. Antes éramos dos, ahora me quedo sola con la vida rota y un vacío inmenso que probablemente nunca logre llenar. Pero David vivía para hacerme feliz, y sé que querría que yo sea fuerte, que luche y que siga adelante.
No puedo creer que no esté aquí para ver a su Real Oviedo en Primera División. Él, que jugó en las categorías inferiores en una de las peores épocas del club y que después animó con pasión desde el Fondo Norte toda su vida, incondicional. Cada fin de semana se planificaba en torno al partido, y todo nuestro mundo giraba en torno al Real Oviedo, a nuestro grupo Symmachiarii y a nuestra familia. La rutina entre semana era trabajo, casa, gimnasio, nuestro perrito "Fox"... pero los fines de semana eran para el Oviedo y para compartir con quienes nos unía ese amor. Gracias a eso conocimos a muchísimas personas que ahora forman parte fundamental de nuestras vidas.
Me quedaré con ese legado, con su sonrisa y con el recuerdo de lo que él quiso que fuera nuestra vida, porque sé que eso es lo que él desearía. Aunque su partida haya dejado rotas nuestras vidas, la suya, la mía, la de su familia, la de mi familia y la de todos nuestros amigos, vamos a luchar para seguir adelante juntos. Algún día recordaremos sus bromas y sus tonterías, nos reiremos y dejaremos que la nostalgia sea más fuerte que las lágrimas.
David no solo me regaló un amor inmenso, sino también a su familia, a la que adoro y que me quiere como a una hija. Espero seguir formando parte de esa familia para siempre. El amor que le tenían mis padres, mis hermanas, mis sobrinos (los capullos), nuestros amigos comunes y nuestro inseparable binomio Álvaro y Noe es enorme. Teníamos tantos planes juntos, tantos sueños por cumplir...
Quiero contar que iré a Villarreal, al primer partido de nuestro Real Oviedo en Primera después de 24 años. Iré con él, porque sé que vendrá conmigo. Lo llevaré en mi corazón y en mi piel, para que sienta que siempre estará a mi lado, como el amor que nunca muere.
Te queremos, te echamos de menos y algún día, cuando nos volvamos a encontrar, después de la bronca y la colleja que seguro te daremos, nos abrazaremos y estaremos juntos para siempre.
Te quiero, amor de mi vida.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

