Un letal monumento natural
El actor Harrison Ford nunca quiso que ningún doble o especialista le sustituyera en las escenas de riesgo que tuvo que representar en sus películas de Indiana Jones.
"Indy" (así, en confianza), en su papel de profesor-arqueólogo-aventurero-recuperador de tesoros, hubo de sufrir los batacazos más dolorosos en busca de su Arca Perdida, o enfrentar los equilibrios más funambuleros por las pasarelas de madera del subterráneo Templo Maldito.
Hoy, a los caminantes de la Ruta de las Hoces del Esva más les valdrá no emular al actor del sombrero y el látigo, y contratar los buenos servicios de un competente doble-especialista.
Así, después de haber accedido al tajo del Esva por su parte norte, desde el concejo de Valdés, podrán disfrutar del profundo (hasta quinientos metros en algunos tramos) cañón, y el sinuoso río; las verticales laderas pobladas de avellanos, alisos, fresnos, robles. De rarezas como la píjara, ese helecho de montaña (vecino de Madeira y que nadie se explica qué pinta aquí). Esa maravilla que es el único cauce en toda España que en la actualidad conserva absolutamente intacto su estado.
Pero al llegar al límite de Valdés, cuando se esté a punto de adentrar en el concejo de Tineo, más le valdrá decir al acompañante, su doble-especialista contratado: "Ahora sigue tú, gallu".
Media hoja A4, con su letra de impresora algo desvaída por las lluvias, a pesar de su protección plástica, conmina al expedicionario a que abandone su empresa, por el riesgo que supone para la seguridad el mal estado de las instalaciones del sendero. Discurre a diferentes alturas por la zona colindante con el río. Muchas partes del itinerario son pasos agrestes, salvados con escaleras de madera o pasarelas en voladizo, ancladas a la pared del cañón; también sobre pilotes fijados al cauce cuando la altura es menor. Las escaleras tienen muchos peldaños podridos, oscilantes, rotos o simplemente desaparecidos. Las pasarelas de tablas raquíticamenre estrechas, dudosas de resistencia, otras rotas; o el suelo vencido, inclinado hacia el exterior, hacia el fondo del río, augurando el aciago y posible final de tu ruta. Y la misma podredumbre, rotura, caída o inexistencia de las balaustradas de rollizo u otros sistemas de protección.
El doble-especialista nos confiesa que no sigue. Dará la vuelta con nosotros. Dice que antes prefiere una actuación en el "Templo Maldito".
El Paisaje Protegido de la Cuenca del Esva y Monumento Natural de las Hoces del Río Esva fueron establecidos por decreto en abril de 2002. El proyecto para la ruta por el río Esva se realizó en 2004 y fue costeado de forma tripartita por el Principado de Asturias y los dos municipios que albergan el Espacio Protegido: Valdés y Tineo. Y en ese acuerdo se fijó el compromiso de que el mantenimiento de la instalación correría a cargo de los ayuntamientos titulares de ese recurso paisajístico-medioambiental; cada cual en el territorio de su competencia. Las maderas de las instalaciones acusan esa blancura grisácea por la acción del sol y el lavado de veinte años de lluvias ocasionales. Pero no muestran ningún tramo o elemento con la evidencia de haber sido realizada reparación alguna. La parte del Ayuntamiento de Valdés está cuidada, limpia de matorral, desbrozada, perfectamente mantenida. La del Ayuntamiento de Tineo es un desastre y un peligro potencial para los que se adentren en ella. Un vergonzoso pavor para una instalación de disfrute público, en un Espacio Protegido (que lo es por partida doble, según la legislación autonómica), y con la responsabilidad de su mantenimiento y conservación en una institución municipal.
Me temo que María Monserrat Fernández Álvarez, alcaldesa de Tineo, no va a contar con la afluencia de muchos visitantes a "sus" Hoces del Esva.
(Y después de leer esto, seguro que Harrison Ford ya no quiere venir).
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