Que cada cual viva a su manera
Vivimos en una sociedad de aparentar; además de bulos y fake news a través de las redes, prima sobre todo el aspecto físico: moreno de tumbona, ropa de marca, móvil de última generación, delgadez con músculo estilo fitness y las chicas operadas de pechos para que puedan lucir un buen canalillo tipo TV. Como diría aquel, con su cuerpo pueden hacer lo que quieran -faltaba más- pero parecen clonadas.
Luego claro, este arquetipo de sociedad encaja mal con los que hemos decidido no atender a las recomendaciones de hacer ejercicio, comer solo lo necesario y además cosas que no engorden; beber mucha agua y alcohol solo los fines de semana, llevando a poder ser un acompañante sobrio para conducir, siguiendo los consejos de la DGT.
Entonces nosotros los gordos sufrimos la indiferencia, si no algo peor, cuando vamos a comprar ropa que siempre hay que arreglar, el enfado del compañero de viaje porque ocupas parte de su asiento, el reproche constante de tu pareja al compartir cama: ¡a ver cuándo adelgazas! y la insistencia de tu médica cuando vas a quejarte de una pierna y te contesta que cuándo piensas ponerte a dieta; lo prioritario es hacerte un análisis para abroncarte por lo alto que tienes el colesterol, la glucosa, el ácido úrico, etcétera. Pero de lo que ibas a consultar ni te escucha, si acaso una cremita hidratante que no cubre el seguro.
Soy consciente de que la gordura no es sana y posiblemente me acorte la vida, pero es una decisión personal e intransferible que asumo con todos los riesgos. No estoy de acuerdo en seguir el mismo patrón de la mayoría, quiero diferenciarme por mi volumen aunque resulte poco estético. Ahora me han ofrecido inyectarme esa medicina que debería reservarse para los diabéticos y que produce bajada de peso. Pero cuando me enteré que te quitaba el apetito y no podías beber unos vinos, me negué al tratamiento. Prefiero ser solidario con los enfermos que tienen el azúcar alto.
Lo único que resulta duro es lo de ligar. No eres un pretendiente de catálogo, tu perfil en las páginas de citas no engancha. Supongo que les ocurrirá también a las mujeres con exceso de kilos, aunque veo algunas parejas donde está descompensada la masa corporal; ya lo dice el refrán, que "nunca falta un roto para un descosido". Que sean felices es lo más importante.
Quiero aprovechar para decir que estoy muy satisfecho de mi envoltura -no me miréis con pena ni me mintáis de que he adelgazado-; ya procuro ir a la consulta lo menos posible para que no me echen en cara el gasto sanitario, aunque yo tampoco se lo reprocho a los fumadores y alcohólicos anónimos. Podría decir que es bueno acumular para que luego trabajen las bacterias, pero ahora como nos incineramos no viene a cuento. En definitiva, que cada cual viva a su manera, también con una talla grande.
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