Cárcel a los negacionistas y promotores del genocidio
El exterminio del pueblo palestino, y la recrudecida actitud o ineptitud institucional para detenerlo, afecta desde luego a la supervivencia de aquel pueblo, pero está generando también un "malestar global" que puede llevar (como pretende y está consiguiendo el sionismo criminal) a la parálisis de las propias democracias, a la "ansiedad" generalizada que provoca enfermedades graves en mentes y cuerpos, y un desastre sin precedentes en la capacidad del ser humano para "seguir siendo humanos", como repite la canción del antropólogo guatemalteco Fernando López, exiliado en Irlanda.
Es el mundo del revés, que se ve esta semana de nuevo reflejado en acciones judiciales absurdas, como la que hace el sionista Ibarra denunciando al periódico asturiano "Nortes", acusándolo de antijudío por haber reportado lo que otros medios también reportan: las declaraciones de Aida Oceranski negando la mayor: no hay muertes por hambre en Gaza.
La presidenta de la comunidad judía en Asturias solo repite el mantra del sionismo, en tanto se convierte en negacionista del genocidio, en negacionista de las muertes por la hambruna provocada, diseñada e implementada por el sionismo gobernante, negacionista de las Naciones Unidas y de las instancias humanitarias que llevan tiempo documentando tamaña aberración del hambre usada como arma de guerra.
Y en vez de enjuiciar y llevar a la señora Oceranski, como corresponde, a responder por sus negacionismos antihumanos, resulta que las herramientas del sionismo se usan de nuevo para tratar de tapar la boca informativa de sus desmanes criminales, de su incitación al exterminio: ¿no hay una instancia oficial que haga esa tarea investigadora y coloque a los sionistas en nuestra tierra astur en la cárcel de Villabona?
Cuando el mencionado trovador guate Fernando López compuso su canción "solo queremos ser humanos" (casi un himno solidario en las tierras de Guatemala), se estaba refiriendo a otro genocidio, el maya, que todavía tiene espacio en la Audiencia Nacional española.
Cuando lo volvía a cantar, invitado en la Universidad de Deusto, estaba acompañando un encuentro de derechos humanos en que varias entidades (entre ellas el Programa asturiano de DD HH, de protección temporal a Defensoras) estaban tratando de fortalecer los formatos organizativos e institucionales para proteger las vidas de muchas personas defensoras.
No es extraño, pues, que ahora Fernando esté presentando un nuevo trabajo artístico en donde el nombre y el protagonismo sea "Palestina. Otro bello nombre de mujer rebelde". Y que esté colaborando con otros artistas internacionales en el álbum "Palestina Libre", una acción colectiva-comunitaria contra el exterminio sionista.
Varias iniciativas han expresado la necesidad de que el espacio público y de propaganda sionista que se ubica en locales municipales en el Fontán de Oviedo pudiera ser objeto de la lectura de los 18.000 nombres de niñas y niños exterminados por Israel, como ya han realizado "artistas famosos" en otros lugares. Una acción que a estas alturas del genocidio puede llevar tranquilamente 24 horas seguidas.
Sin embargo, por sencillez y por otro formato de pedagogía antisionista, bien pudiera cantarse en ese lugar donde se incita a la desmemoria y a la muerte masiva uno de los temas del artista guate como "solo queremos ser humanos".
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