Bajo un increíble techo
A 250 metros sobre el nivel del mar, tras subir el Alto del Escamplero, hay un espacio donde podrías tocar el cielo o la orografía cercana con los dedos, gracias a su panorámico mirador.
Sí, así es, desde su amplia terraza en días despejados la naturaleza se ofrece en su mejor faceta, con sus sonidos característicos y un silencio solo interrumpido por las palabras de los presentes o la fauna en forma de aves voloteando alrededor.
Dos simpáticas jóvenes se afanan por tener presto y dispuesto el ambientado espacio que configura la terraza, asegurándose de que nada quede al azar.
Dentro en una estructura que antaño pudo ser un caserón hay una afable distribución entre la pequeña barra, sus mesas y las que conforman el salón principal que sirve de comedor. Aquí son una pareja, chica y chico, los que que agasajarán.
En la sobremesa podrás cerrar los ojos y abandonarte al momento que respiras y podrás decir, en el pensamiento, "De aquí al cielo", y cómo no, sonreirás.
Fernando, qué lindo techo este, que siempre nos acogerá.
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