Las injustas zonas de bajas emisiones
Actualmente se están implantando en muchas ciudades españolas con más de 50.000 habitantes las conocidas como zonas de bajas emisiones. A mi modo de ver, estas son injustas e incoherentes. Para ejemplificarlo expongo mi caso concreto:
Tengo un vehículo Opel Astra de 1999. Todos los años pasa perfectamente la ITV en todos los aspectos que esta revisa, incluido el de las emisiones. Considero injusto que, residiendo en San Claudio, me vea impedido a acceder al centro de Oviedo con mi automóvil si el Ministerio de Industria dice que está apto para circular.
Mantengo mi coche en condiciones óptimas y así lo acredita el propio Gobierno de la nación mediante la ITV y su motorización (gasolina 1.6 16 válvulas de 100 CV) se mantuvo sin cambios al menos hasta 2003. Así, se da la paradoja de que un coche sin ningún tipo de mantenimiento, similar al mío (exactamente el mismo motor), pero de 2003 puede acceder al centro de Oviedo y el mío con óptimo mantenimiento no, ¿es esto justo?
Además, hay mucha gente con una situación económica no especialmente boyante que no puede afrontar la compra de un coche nuevo que cumpla las especificaciones para poder entrar en las zonas de bajas emisiones, ¿es esto la forma de no dejar a nadie atrás?
Por otro lado, si aplicamos el sentido común, sabemos que la zona de bajas emisiones muy probablemente empeorará el tráfico en otras áreas de la ciudad, con lo que en ellas se generará más contaminación, ¿se supone que la mayor concentración de polución en las áreas circundantes a la zona de bajas emisiones no penetrará en esta?
Asimismo, todos los informes medioambientales indican que las áreas más contaminadas de Oviedo son Trubia y Ventanielles, de modo que, en caso de tener que imponer una zona de bajas emisiones, ¿no sería lo lógico hacerlo en las zonas con mayor contaminación?
Por todo ello, pido a las distintas administraciones, y especialmente al Ayuntamiento de Oviedo, que reconsideren esta medida, y aún más en su actual planteamiento en Oviedo, la cual si la pensamos en frío no tiene ni lógica ni sentido común.
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