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Asturias, paraíso sin igual

1 de Septiembre del 2025 - José Antonio Llano Tirador (Oviedo)

Dicen que los asturianos somos muy "grandones". Yo no lo creo así; sí somos gente brava y noble. Otros presumen de nación cuando nunca fueron república ni reino. Derrotamos a los musulmanes cuando parecía que querían comerse el mundo, formamos el Reino de Asturias, que se extendió por media península cuando otros reinos y ducados cristianos no lograban bajarse de los Pirineos. Estamos más que satisfechos con el título de Principado de Asturias.

Asturias sí fue grande, y más que podría ser. Decía Pepe Tirador, pariente de El Carmen

(Ribadesella): "Soy más vieyu que la Atalaya, y recuerdo cuando Asturias era tierra de acogida para gentes de otras regiones". Hoy, con una natalidad bajísima, mantenemos población gracias a la muy fuerte inmigración de ciudadanos de muy diversas nacionalidades, cuando demasiados jóvenes bien preparados se marchan. Algo funciona mal.

Recuerdo cuando solo nos superaban catalanes, vascos y madrileños. Hoy, Madrid en cabeza y nosotros por debajo de la media nacional. ¿Qué está pasando?

En el oriente asturiano teníamos una cabaña ganadera que acaparaba los primeros premios en la Feria del Campo de Madrid; solamente Cantabria competía con nosotros en la raza frisona. A pesar del poco territorio con que contaban las explotaciones agroganaderas, el que trabajaba y lo hacía con sentido común disfrutaba de un nivel de vida muy difícil de alcanzar en otros sectores.

Una región industrial de primer orden, con Ensidesa como cabeza de la muy variada industria asturiana.

Muy buen caladero de pesca la costa cantábrica, donde nuestros pescadores salían a faenar. En Ribadesella decenas de barcas de pesca se alineaban amarradas en el muelle. Salían de madrugada y regresaban por la tarde con una buena pesca. La villa dicen que contó con cinco pequeñas industrias conserveras; yo conocí tres. Aquello terminó, pero al otro lado de la ría, en el puerto deportivo, incontables veleros amarran sus barquitos. ¿Bueno o malo?; como en otros sectores, simplemente cambio de cultura de trabajo por la del ocio. Depende del color del cristal con el que cada cual lo mire. Yo creo que, como en muchos sectores, en el centro está la razón.

El carbón, antes principal fuente de energía, hoy se desplomó. Aparecieron otras y más se

vislumbran; gran contaminante atmosférico, cosa por la que en lo posible se procura hacer un mínimo gasto. Dio a Asturias, principalísima productora, mucho trabajo y dinero. Oficio duro y peligroso, pero no más que otros.

Fuerte crecimiento del turismo nacional y extranjero, y más por llegar, especialmente a

Asturias. Dicen que nos quitan viviendas, calles y playas. Pero lo pagan, ¿no? Alguien dirá que nos quitan el aire. Les ofrecemos buena gastronomía, sol, playas, paisajes y monumentos que admirar, y dejan al conjunto de la nación un dinero que aquí no sobra. Bueno es compartir lo que cada uno tiene.

Asturias, región privilegiada donde todos los sectores se podrían multiplicar. Buen clima y agua en abundancia, que aquí el campo apenas necesita, y puede producir prácticamente de todo y de buena calidad. Un campo que, mimado y abonado, podría alimentar una cabaña muy superior, y hoy se está convirtiendo en matorral.

La riqueza forestal de Asturias podría ser inmensa. El monte bajo plantado de roble, castaño, nogal, haya... Y donde la calidad del terreno no lo permitiese, eucalipto y pino.

Asturias, como toda la cornisa cantábrica, gestionada con sentido común, podía ser un rico, bello y sostenible paraíso, y quizás necesario para España ahora que el cambio climático y la desertización nos amenazan seriamente. Si queremos un más alto nivel de vida hay que trabajar, gestionar bien e invertir más.

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